Mientras ayer en Madrid la popular Isabel Díaz Ayuso, que debe a tod@s l@s madrileñ@s cinco años de impuestos, soltaba en su discurso de investidura que los problemas de las mujeres son iguales que los de los hombres -salvo por brecha salarial, más asesinadas por hombres que todo el terrorismo de ETA...-, su compañero del PP y presidente de la Junta de Andalucía se veía salpicado por un escándalo de supuesto enchufismo: el de su hermana.
Tal y como revelaba El País, la hermana de Juan Manuel Moreno (PP) se habría hecho con la dirección del Conservatorio Superior de Danza Ángel Pericet de Málaga, a pesar de no contar con la mejor puntuación. Según el diario, mientras que la hermana obtuvo 38,20 puntos sobre 50 posibles, otra compañaera contaba con 49,50 puntos. ¿Qué fue lo que hizo que se inclinara la balanza a su favor en este concurso que depende directamente de la Junta de Andalucía que presidente su hermano? Pues "otras fuentes" de valoración más allá de la antigüedad y los méritos, que se niegan a hacer públicas.
Ante esta situacion, aparece el argumento de "¿Qué pasa, que por ser 'hermana de' no voy a poder trabajar?". En toda esa argumentación de la supuestamente enchufada no aparecen, sin embargo, exigencias de que se hagan públicas esas otras fuentes que han conseguido que una diferencia de más de 11 puntos respecto a la primera candidata no haya servido de nada. La falta de transparencia, que suele estar bastante ligada al PP, nunca llama a nada bueno.
La historia se repite cuando hablamos de los populares, en la que los familiares terminan por ser siempre los más preparados. Ya sucedió en 2016 con el hermano del actual presidente de la Diputación Provincial de Málaga Francisco Salado (PP). Su hermano había perdido su condición de cargo de confianza en el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, donde Salado lideraba el Pleno hasta que en 2015 las urnas lo apearon de la alcaldía. Entonces, Salado ya era vicepresidente de la Diputación, que desempeña un papel relevante en el Patronato-Fundación de la Cueva de Nerja.
¿Qué sucedió? Que un año después de perder el puesto a dedo de cargo de confianza, el hermano terminó de director del museo de la Cueva de Nerja en un proceso que el PSOE aseguró que se le había hecho un traje a medida. De 2016 a 2018 disfrutó de un contrato temporal y ahora, ya con Salado como presidente, ha conseguido la plaza indefinida como director.
El problema no es que no puedan trabajar los familiares de cargos públicos del PP, sino que sólo terminan por ser los mejores candidatos cuando tienen en la cúpula política a su familia. Y eso escuece, levanta ampollas y genera sospechas fundadas. Si esta mezcla se adereza con la opacidad y falta de explicaciones que suelen acompañar a todos estos procesos en el PP, el resultado es un cóctel con el que ellos brindan mientras al resto de ciudadanía se atraganta.