El run run

El nombre del dictador en un osario

En la extensa relación de la quincalla propagandística del régimen anterior, realizada, por primera vez, por orden de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, con el fin de cumplir lo previsto en la ley de la memoria histórica, figura un osario con el nombre de Francisco Franco, entre otros presentes. Se halla en la Escuela de Suboficiales de San Fernando (Cádiz). La lectura de la cúpula de este osario de marinos ilustres revela que a Franco lo querían tanto que deseaban que sus huesos reposaran allí cuando muriese. Entonces el generalísimo no sufría el síndrome de Keops que padeció después. Pero si algún día desalojan sus restos del interior de la pirámide o, mejor dicho, de la montaña de Cuelgamuros (Valle de los Caídos), he ahí el lugar donde podrán depositarlos. Se ahorrarían el gasto de cincelar su nombre y satisfarían a los que le querían muerto.

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