El Tribunal Supremo ha fallado contra la objeción de conciencia en Educación para la Ciudadanía. La sentencia se puede recurrrir libremente. Para eso estamos en un estado de derecho. El mismo que coloca al Parlamento en el centro de la vida democrática. Y el Parlamento decidó equiparar los derechos de los homosexuales a los del resto de ciudadanos. Tanta libertad perturba a los enemigos de Educación para la Ciudadanía. Temen que la libertad se les cuele en los hogares. Que les trastorne el viejo orden establecido.
Estás leyendo: Demasiada libertad
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