Memorias de campaña

La trastienda de los debates, según ZP

Cumplió ayer Zapatero el rito de reunirse con los periodistas que hacen el seguimiento de su campaña electoral, una costumbre en creciente peligro de extinción. No hubo noticia, ni nadie la esperaba. Sí algún detalle de la trastienda de los debates televisivos que mantuvo con Rajoy.

A saber: salió "más cansado" del primero, por la tensión de la experiencia nueva, mientras que el segundo "se me hizo más corto". La principal lección que extrajo fue que el formato televisivo exige "un altísimo grado de concentración". Acostumbrado a los debates en el Parlamento, en los que el presidente del Gobierno puede hablar sin límite de tiempo, reconoce que "tuve que hacer un gran esfuerzo y trabajar mucho" la técnica que obliga a mensajes claros, directos y concentrados.

Su principal conclusión es que, vista la altísima audiencia que tuvieron ambos debates, se desmonta la leyenda urbana de que la política no interesa a los ciudadanos. Y, roto el paréntesis de quince años sin duelos televisivos, su compromiso es buscar en la próxima legislatura un acuerdo para regular su celebración y evitar el debate previo sobre el debate.

De lo que pasó mientras que en la pantalla aparecían los anuncios publicitarios, reveló que el momento más frío fue el intermedio del debate, cuando sus respectivos asesores se acercaron a darles algún consejo y entre ellos se espiaban por el rabillo del ojo. Antes del comienzo y al final conversaron cordialmente sobre León, donde Rajoy había estado la víspera.

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