Por qué será que los hombres matan a las mujeres

Dos mujeres participan enla manifestación del 25N contra la violencia machista, en Santander. EUROPA PRESS/Juan Manuel Serrano Arce
Dos mujeres participan enla manifestación del 25N contra la violencia machista, en Santander. EUROPA PRESS/Juan Manuel Serrano Arce

Quizás no mucha gente se acuerde pero hace solo seis años, el Gobierno, gestionado entonces por el Partido Popular, decidió "investigar" por qué sería eso de que los hombres mataban a las mujeres. Aquí tienen el artículo que perpetró El País acerca del asunto, donde explican la hazaña del PP: "Todo arranca lanzando al aire una pregunta casi siempre obviada bajo la etiqueta de "crimen machista": ¿Por qué las matan?". La articulista, al igual que el PP, consideraba que si un feminicidio llevaba la etiqueta de "crimen machista" se estaba obviando la verdadera causa. Según esta forma -absolutamente alicorta- de mirar al asunto, estás obviando muchísima información cuando dices "asesinato machista", y no solo eso, sino que estás obviando la información más importante: el porqué los hombres llevan toda la vida matando a sus mujeres. Decir que por machismo, entonces, es como no decir nada. Así estábamos en 2016. Tres siglos de análisis feminista y llega el PP reuniendo a la prensa para decir que tiene a varios coroneles de la Guardia Civil estudiando el asunto. Uno de ellos dijo esa frase grandiosa recogida en el artículo: "Decir que todo es machismo es quedarse en la superficie".

Esta forma de mirar el asunto, o más bien de demostrar que no lo has entendido, no es cosa solo del Partido Popular y/o de algunos cronistas en 2016, hablamos de algo mucho más masivo y, por desgracia, de rabiosa actualidad. Esta ignorancia tan soberbia tiene su representación también en televisión, y de eso quería venir a hablar hoy: del último ejemplo, esta vez de la mano de un reincidente en lo que a las mujeres se refiere: Nacho Abad. Abad, sí, lo recuerdan bien, es el hombre que sale en TV hablando de sucesos escabrosos. El mismo que hizo una encuesta en su Twitter a cuenta de la víctima de los violadores de la manada y preguntó a su audiencia "¿Crees que fue violación o sexo consentido?", así, con dos botoncitos para que tú votases, que para eso estamos en democracia.

Pues, bien, el mismo Nacho Abad, en pleno 2024 ha hecho una entrevista a las mujeres de Compaña Feminista que parecía más bien para emitir en blanco y negro. Aquí tienen más extractos de la misma entrevista, incluido el del repaso que le dio su compañera, Sonia Ferrer.

Hay varias cuestiones diferentes pero relacionadas en este asunto:

La primera es por qué matan los hombres a las mujeres y por qué se le llama violencia machista. Es tan sencillo como que "machista" significa (y fíjense que nos vale hasta la RAE para esto): "Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres". Esa prepotencia, ese creerse por encima de ellas, genera violencia. Y esa violencia, mata. Por eso los hombres matan también a los animales incluso por placer y como actividad de ocio: se sienten superiores, tienen los medios para hacerlo y lo hacen. Por suerte, asesinar a mujeres no está legalizado (¡gracias, legisladores!) y soltarnos por el campo los domingos para luego perseguirnos a escopetazos, pues no es posible, de ser así, no solo serían 100 al año. Son 100 precisamente porque tiene castigo.

Tiene sentido que la mayor parte de la violencia machista ocurra allí donde los hombres pasan más tiempo con esos seres inferiores, llamados mujeres: sobre sus parejas (y criaturas) y en sus propias casas. Al final, es a ellas a quienes más ven, las que más les pertenecen, como objetos que se tienen y se ponen aquí o allá. En sus casas es donde más tiempo tienen que soportarlas, donde más veces ven cómo lo hacen todo mal, constatan lo tontas, malas, arpías o putas que son y, además, allí es el único lugar donde nadie los juzga por tratarlas como se merecen. Debe de ser muy duro tener que aguantar a seres inferiores y encima tener que esconderse para educarlas y reconducirlas. Porque a las mujeres, como a las niñas/os, hay que enseñarlas.

Hay un dato que no termina de calar, y es que para cuando un hombre le quita la vida a una mujer, ya hace tiempo que deseaba hacerlo. Ya hace mucho que ha fantaseado con la idea. No existe la figura del buen hombre que un buen día se le cruza el cable y mata a su mujer. Lo que sí existe es el hombre machista que siente superioridad sobre las mujeres en general y sobre su mujer en particular. Y no solo siente superioridad, es que por ser hombre ya tiene un poder sobre ella que no solo es físico, sino cultural, que pesa mucho más. Fue Montesquieu quien dijo que "todo hombre que tiene poder tiende a abusar de él, llega hasta donde encuentra límites". El poder tiende al abuso, y el abuso es violencia. Hay hombres que no ven un límite ni en la ley. Muchísimos hombres, no solo los feminicidas.

Todo lo anterior explica, por ejemplo, las 55 mujeres asesinadas por sus parejas de 2023, pero ¿y las 100 que reclamamos las feministas?

Ahí está la segunda cuestión. Y es que, a pesar de que es más habitual encontrar a las víctimas de violencia machista en sus propias casas, siendo maltratadas y/o asesinadas y/o violadas por sus propias parejas, hay muchas veces en las que no se cumple este factor. Es el caso de las mujeres prostituidas, por ejemplo. Si un putero mata a una mujer prostituida, es un claro caso de violencia machista que no está recogiendo este Gobierno tan progresista. El propio hecho de sobornar a una mujer para poder penetrarla es en sí mismo un acto profundamente machista. Matarla ya no digamos. Al poder le da igual, esas mujeres no cuentan.

Pero hay más casos de feminicidios en los que no había relación sentimental o "sexual". Es el caso de las criaturas que son asesinadas por su progenitor para hacer daño a la madre. La violencia vicaria es también violencia machista. Este tipo de asesinato, por suerte, ya sí está contemplado como violencia machista, pero es relativamente reciente, y siempre gracias a la presión de las feministas. Más casos: ¿saben ustedes que Marta del Castillo no se contabilizó como víctima de violencia machista? Hoy día sí hubiera sido contabilizada como tal, gracias de nuevo al empuje del feminismo, por el que se amplió el concepto de "relación", pero hace 14 años, cuando Marta fue asesinada, aún se contabilizaban sólo las mujeres que tenían una relación "formal" o "conyugal", es decir, se dejaron fuera a todas las mujeres y chicas cuyos maridos, novios o simplemente rollos de una noche las asesinaron.

La contabilización que validamos las feministas, obviamente no está sujeta a una visión rancia de qué es una relación de verdad y qué no, y nos manifestamos por todas las que han sido asesinadas por hombres si tenían cualquier tipo de vínculo, ya sea el caso de un hombre que queda un día con una mujer y la mata tras ella negarse a tener relaciones sexuales, ya sea el caso del feminicida que llevaba 40 años maltratando a su pareja y un día la mata. Y todo este trabajo ingente, por cierto, lo llevan realizando las compañeras de Feminicidio.net desde hace 14 años, quienes nunca han tenido subvenciones que permitieran sostener esta base de datos. Todos los gobiernos, de todos los colores, que han pasado por el poder en estos 14 años han ignorado a feminicidio.net, y por consiguiente, nos han ignorado a todas, a las vivas y a las asesinadas. Siguen falseando los datos, porque les viene bien, la verdad. El problema es que les está saliendo regular, porque a día de hoy muy poquita gente habla ya de la cifra oficial. Muy poquita.

Bajo mi punto de vista, cualquier asesinato de un hombre a una mujer debe considerarse violencia machista. Hace unos años me hicieron una entrevista en la que el entrevistador me planteaba el siguiente caso, con tal de forzar un "vale, eso no es machista". Me dijo algo parecido a lo siguiente: imagina un hombre que mata a su hermana para obtener el total de una herencia y no tener que repartirla con ella. ¿Acaso eso no es una motivación económica en vez de machista? Y, sí, claro, ahí hay una motivación económica, pero no se puede sacar de la ecuación el factor machista, porque no tenemos ni idea de si ese hombre hubiera tomado esa decisión si su hermana fuera un hombre en vez de una mujer. No podemos saber si se le hubiera pasado por la cabeza siquiera, si se hubiera atrevido. Los riesgos son mayores, los hombres por lo general, son físicamente más fuertes que las mujeres. Entre hombres, además, prima la homoafectividad, el respeto, la admiración, y no el desprecio y el sentirse superior. Marilyn Frye, en The Politics of Reality: essays in feminist theory, explica muy bien cómo la heterosexualidad de los hombres implica tener relaciones sexuales con mujeres pero reservar lo que es propio del amor para otros hombres.

De todas formas, los intentos asfixiados de poner en duda el machismo o el límite del mismo en los feminicidios, no es más que la demostración de cuánto le importan. Cuán poco, claro. Y, si por otro lado, la realidad es que hay 100 mujeres asesinadas pero tú te enfadas porque qué pasa con el resto de gente muerta, por ejemplo, (sobre esto escribí también, a cuenta de que también Vox lo argumenta) lo único que dejas claro es lo que tú piensas sobre el machismo que nos está matando. Y es que estás viniendo a la puerta misma de las afectadas a decirles que no lloren tan alto porque tus datos inventados dicen que no es para llorar. Y, sí, a todas nos toca el feminicidio. Ninguna de las mujeres vivas que conoces, ninguna, está libre de que su vida termine por decisión de un hombre. Yo misma, no puedo tener la seguridad que tiene cualquiera de los negacionistas de la violencia machista, de que no me van a matar por ser mujer. Y encima tengo que aguantarlos todos los días en todas mis redes sociales.

En los intentos de tantos hombres por restar asesinadas a las estadísticas, de negar los motivos, de encima enfadarse en directo, en la TV, cortando a una invitada, por ejemplo, hay una intención de apagar el fuego feminista, obviamente. Desde el "eso no es machismo" hasta el "nosotros vamos a investigar por qué os matan, chatis" del Partido Popular, como si fuera un misterio, pasando por el "este caso que me acabo de inventar no sería machista, porque yo lo digo, así que deja de hablar de violencia machista" lo que contemplamos es un escenario pasmoso de señores que lo que quieren es que dejemos de señalarlos. Porque el feminismo los señala a todos. Los hombres han pasado de ser los dioses del Olimpo a ser los cómplices -cuanto menos- del machismo más cotidiano. Pues la pataleta era esperable, son el príncipe destronado, claro.

Y quisiera añadir algo a lo dicho anteriormente sobre que todas las mujeres asesinadas por hombres deberían ser contabilizadas como violencia machista. Quisiera recordar a todas las niñas, jóvenes y mujeres adultas que mueren pero nadie las cuenta: las que son contabilizadas como suicidios pero que jamás se hubieran quitado la vida si no fuera porque se toparon con un hombre que les hizo imposible seguir viviendo: las niñas abusadas que se quitan la vida entonces, en su adolescencia o en la adultez, las mujeres maltratadas que ya no tienen para salir del infierno y se queman en él, las compañeras abusadas, violadas, humilladas que no encontraron consuelo, ni justicia ni razón para seguir en un mundo donde es posible sufrir lo que ellas sufrieron. A las que se fueron de aquí y a las que se irán, y que tampoco nadie contabilizará entonces.

Muchas se van sin hacer ruido, otras después de haberlo hecho pero viendo cómo la "justicia" las terminó de rematar, otras intentan sobrevivir sin que las dejaran de una u otra forma, otras que tuvieron que dejar incluso su pueblo, su ciudad, su trabajo, pero nada fue suficiente para recuperarse... Hay historias que cuentan las vidas de muchas niñas, de muchas adolescentes, jóvenes, adultas, muchas formas de ser, muchas formas de enfrentarse al dolor, compañeras de todas las edades; víctimas de todo tipo de violencia machista, que no cuentan para nadie, y estamos lejísimos de que cuenten.

Cuando os digan que "hablar de machismo es quedarse en la superficie", recordadles también a todas las niñas y mujeres que no sobrevivieron al machismo que les tocó vivir, a todas las que año tras año se van sin que el marcador de ningún organismo refleje ningún tipo de violencia.