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Una Europa digital más controlada

VIDA 3.0 // JUAN VARELA

* Director del blog ‘periodistas21’

Europa avanza hacia una legislación digital única. Una sola regulación para las telecomunicaciones con el aprovechamiento del espectro digital liberado por la digitalización de la televisión, la co-regulación europea y nacional de ese dividendo digital considerado un bien público y la garantía de los derechos de usuarios y creadores, entre ellos las polémicas medidas de propiedad intelectual cuestionadas por hábitos digitales como el intercambio de archivos. Europa quiere mantener el control político sobre la televisión, más banda ancha para los ciudadanos de la Unión y precios más bajos, sobre todo para los móviles, además de favorecer la competencia entre telefónicas agilizando la portabilidad. La comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, sigue su cruzada para rebajar los precios de llamadas y SMS entre países (roaming).

Entre las nuevas medidas está la persecución del intercambio de archivos y las descargas para proteger los derechos de autor y propiedad intelectual reconocidos en la legislación comunitaria. El eurodiputado británico Malcolm Harbour propone instalar programas espía para controlar si los usuarios descargan contenidos protegidos por los derechos de autor. Otros parlamentarios promueven la regulación nacional de la televisión digital, una legislación europea coordinada de la televisión móvil y una "armonización comunitaria" para la banda ancha móvil. La convergencia entre telecomunicaciones y contenidos digitales llega a la legislación europea y con ella la discusión sobre el uso de los bienes comunes, los servicios público y universal, y la intervención política en aras de los objetivos culturales y la diversidad.

Con la proclamación de que el mercado no garantiza la igualdad digital crece la intervención sobre las telecomunicaciones y los contenidos digitales. La regulación europea pretende acabar con las zonas de sombra del mercado pero con su intervención llega también el fin de la inocencia y de un alto grado de libertad disfrutado hasta ahora gracias a la falta de regulación.

Más derechos son también más obligaciones y la UE no camina hacia una revisión de sus políticas por los hábitos y costumbres de Internet, sino que implantará en la Red la legislación, la cultura y las políticas tradicionales. Las propuestas fortalecerán a las grandes operadoras en un negocio estimado en un 2,2% del PIB europeo y extenderán el control político sobre la televisión y los contenidos digitales. La regulación de los derechos de autor acabará de homogeneizarse, así como la persecución de las infracciones cometidas a través de la Red.

La Europa digital promete más servicios, más garantías y precios más bajos. Pero el peso de los lobby y la falta de control democrático amenaza uno de los ámbitos de mayor innovación y libertad disfrutados hasta ahora.

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