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La farmacia marina

MAR SALADA // ANTONIO FIGUERAS

*Biólogo del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC)

Además de gran basurero y super sillón para el relajo mundial, el mundo marino tiene usos biomédicos. Por ejemplo, los cangrejos herradura (esos bichos tan raros con aspecto de sartén puesta del revés) producen un péptido que inhibe la replicación del VIH. Los ensayos preclínicos muestran que es tan eficaz como la zidovudina, uno de los medicamentos más utilizados contra el sida. Y los moluscos gasterópodos de la familia Conidae, muy cotizados entre los coleccionistas, producen un compuesto con un efecto analgésico 1.000 veces superior al de la morfina, útil para aliviar el dolor a pacientes con cáncer. La ziconotida, una forma sintética del veneno de un caracol de mar, puede aliviar el dolor en pacientes que no consiguen mitigar el dolor con la morfina u otros analgésicos convencionales, según un estudio publicado recientemente.

Indoloros y eficaces

Investigadores de la compañía israelí NanoCyte usan las células urticantes de las medusas y las anémonas para suministrar medicamentos de forma poco dolorosa y eficaz. Se ha empleado para anestesia y para inyectar insulina en diabéticos, pero se podría utilizar en el caso del acné, las arrugas e incluso para tatuajes. El caso más conocido en nuestro país de un medicamento derivado de una especie marina es el de Yondelis, un agente antitumoral obtenido originalmente del tunicado marino Ecteinascidia turbinata y que en la actualidad se produce de forma sintética. Yondelis ha recibido la autorización de comercialización de la Comisión Europea para la indicación de sarcoma de tejido blando avanzado después de que hayan fracasado las antraciclinas y la ifosfamida, o en pacientes que no pueden recibir tratamiento con estos agentes. Lo dicho, el mar, además de basurero universal, es una buena despensa de medicinas.

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