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‘Homo erectus’ en Nueva York

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

* Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos.

El profesor Ian Tattersall es un paleoantropólogo amable, tranquilo y bonachón. Un norteamericano atípico con respecto a lo que nos suelen mostrar las series televisivas de EEUU. Ian nació en Inglaterra, pero su infancia y buena parte de su vida transcurrió en Madagascar. En la actualidad vive en Nueva York, una ciudad enormemente atractiva, sorprendente y multicultural, en la que nadie puede sentirse forastero. Como otras ciudades cosmopolitas, Nueva York puede ser el escenario de extraños sucesos.

Puedo imaginar la cara de Ian Tattersall cuando Henry Galiano, el dueño de la tienda Maxilla & Mandible, que se dedica a la venta de fósiles, minerales y restos orgánicos esqueléticos de toda suerte de animales, le mostró la parte superior de un cráneo original de Homo erectus. El citado negocio abre sus puertas en Columbus Avenue, en Manhattan, a muy pocos metros del Museo Americano de Historia Natural, donde Tattersall realiza sus investigaciones sobre evolución Humana. Por cauces que nadie se atreverá nunca a revelar, aquel cráneo fósil había llegado al establecimiento de Henry Galiano. Como conocedor de su negocio, Galiano se percató de que aquel fósil no era como los demás. Procedía de Indonesia y pertenecía a un hominino fósil de aspecto muy primitivo. Por fortuna para la ciencia, Galiano se puso en contacto con Ian Tattersall y Eric Delson, otro reputado Profesor del Museo Americano de Historia Natural.

El fósil humano procedía del yacimiento javanés de Sambungmacan. La Isla de Java es muy rica en yacimientos del Pleistoceno, donde desde finales del siglo XIX se han realizado hallazgos extraordinarios para el estudio de nuestros orígenes. En 2001 se publicaron varios trabajos científicos sobre el fósil de Nueva York que, como no podía ser de otros modo, fue bautizado como Homo erectus newyorkensis. Su antigüedad puede estar en torno a los 200.000 años y presenta una morfología intermedia entre las poblaciones de Homo erectus más antiguas de Java, obtenidos en yacimientos como los de Trinil y Sangiran, y las más recientes, procedentes del yacimiento javanés de Ngandong.

Con gran ceremonial, el cráneo de Sambungmacan fue devuelto por el Gobierno norteamericano al de Indonesia. El propio Galiano fue el encargado de entregar el fósil al viejo profesor Teuku Jacob, paleoantropólogo de la Facultad de Medicina de Gadjah Mada de Yakarta. El fósil de Manhattan pudo acabar en la estantería de algún coleccionista, pero no fue así. Deberíamos viajar con frecuencia a Nueva York, donde quizás podríamos vivir también una suerte de serendipity. Tattersall es testigo de que estos sueños también se pueden hacer realidad.

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