¿Qué hay plásticos en los alimentos? ¿Qué me están contando? Es imposible tragar una partícula plástica, lo detectaría al primer mordisco.
No es que la industria alimentaria introduzca plásticos en los alimentos. Las partículas plásticas en nuestra comida las introducimos nosotros mismos. Sí, sí, a través de la manipulación y conservación de los mismos. Estas son las llamadas hormonas impostoras.
¿Cómo sucede esto? Por la transferencia de micropartículas plásticas:
• Cuando los alimentos se calientan en plásticos (en hornos o microondas).
• Cuando se colocan alimentos muy calientes en envases plásticos, aún en plásticos alimentarios.
• Cuando sumergimos en agua muy caliente envases plásticos con alimentos.

Los envases plásticos se erosionan, desestructuran y degradan con facilidad: con la acidez y temperatura de algunos alimentos, con el calor del lavavajillas, con el restregado del estropajo al lavarlos, etc.
Así las cosas, cuando guardamos en el frigorífico o congelador comida en envases plásticos que no se han cuidado debidamente, ¡ojo! con las hormonas impostoras.
Sucede que estas microscóspicas partículas plásticas el organismo no las reconoce como extrañas y las absorbe como si fueran hormonas (de ahí lo de impostoras), en mínimas cantidades pasan desapercibidas pero se van acumulando y a lo largo del tiempo pueden ocasionar desde trastornos gastrointestinales y/o hormonales a cosas todavía más graves.

Los plásticos en nuestra vida han traído muchas soluciones tecnológicas, industriales, ahorran el consumo de otras materias primas como la madera, en fin.... no me imagino hoy por hoy una vida sin ellos. Insisto, hay que saber utilizarlos en contacto con los alimentos, así como reutilizarlos no como envases alimentarios, separarlos y depositarlos en el contenedor amarillo es esencial para ayudar a la industria de plásticos a su buen cometido. Recuerda que es responsabilidad de todos mantener los océanos libres de plásticos.

Cecilia Barrera Gamarra
Fundación Vida Sostenible

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