Posibilidad de un nido

La importancia del voto de las mujeres en las elecciones europeas

Manifestación feminista frente al Ministerio de Justicia, en Madrid, el pasado noviembre. REUTERS
Manifestación feminista frente al Ministerio de Justicia, en Madrid, el pasado noviembre. REUTERS

Pasé por Valencia y por Aragón y pude comprobar, hablando con entidades de allí, la fuerza devastadora de las extremas derechas. Después paso por aquí Milei "el destructor" para gritar contra algo tan básico para la democracia como la justicia social y algunos se echaron las manos a la cabeza, como si no lo estuviéramos viviendo ya en gran parte de nuestro país.

La lucha contra el movimiento LGTBI, la lucha contra el aborto, contra la libertad de expresión, contra la memoria democrática, la violencia contra las personas migrantes, todo ello funciona ya en Castilla y León, en la Comunitat Valenciana, en Aragón y Extremadura, las comunidades donde VOX gobierna con el PP. Pero vaya, que a Moreno Bonilla en Andalucía no le hace falta gobernar con VOX para inyectar dinero en el movimiento antiabortista.

Voy a insistir en algo que hasta hace poco nos parecía evidente, incluso provocaba eso que llaman cordones sanitarios en política: Quien gobierna con la extrema derecha es extrema derecha. ¿Cuando se nos olvidó algo tan fundamental? ¿Quién nos lo fue borrando? ¿Cómo funcionan los mecanismos de tolerancia hacia lo intolerable?

Cada vez que aparece una noticia sobre esas comunidades autónomas —otro recorte, otra derogación de alguna ley que nos hace mejores— pienso en qué sería de nosotras si en este momento estuvieran gobernando el PP y VOX en España. Estuvieron apunto de hacerlo, ganaron por la mínima en una suma agónica de pactos, y sin embargo, nos parece que tenemos un gobierno progresista, vivimos como si tuviéramos solo un gobierno progresista, y eso no es exactamente así. Hay muchos gobiernos de extrema derecha en España y están en las comunidades autónomas. Las comunidades autónomas son Estado.

Hay asuntos que parecen muy obvios, conocidos, repetidos. No es así. Nunca los repetimos suficiente. Al caldero donde van cociendo a las ranas a base de subir imperceptible y constantemente la temperatura, hay que echarle agua fría sin parar. Y sin rodeos.

Ellos modifican lo referente a la Sanidad o a la Educación públicas, lo referente a muchos presupuestos y a financiar todo aquello que la sociedad hace por el bien de la convivencia y por el bien de valores democráticos que considerábamos asentados. Porque lo que ellos llaman una paguita o un chiringuito no es otra cosa que trabajo. Hay un trabajo que no llega a hacer la administración pública que se realiza desde lo que llaman sociedad civil. Lo que hace la administración pública es aportar un dinero. Para que lo entiendan los liberales y los fachas, viene a parecerse a lo que llaman ellos colaboración público-privada, solo que en este caso suele ser con entidades sin ánimo de lucro. A eso, nosotras lo llamamos sociedad organizada para el bien común. Allí donde gobierna la extrema derecha, destroza esa sociedad organizada para el bien común.

Pero, como iba diciendo, estuvimos a punto de que gobernara en España un pacto de PP y VOX. ¿Qué estaría pasando ahora con la Ley de Memoria Histórica? ¿Qué estaría pasando con el derecho al aborto, con los y las migrantes, con la lucha por la igualdad y el feminismo, con los derechos LGTBI? Sencillamente, estarían desapareciendo. Y no se trata de política ficción: es lo que está sucediendo efectivamente en comunidades autónomas donde gobiernan ellos.

Que nadie piense que es una desaparición paulatina, algo que sucede despacio. En Aragón o en Castilla y León les han hecho falta solo unos meses para desaparecer la Ley de Memoria Democrática. En Valencia, unos meses para iniciar las charlas contra el derecho al aborto dentro del propio Ayuntamiento. Me estremezco solo de pensar que eso podría estar pasando ahora en el territorio en todo el territorio del Estado español. Me estremezco solo de pensar que mi hija podría crecer sin el derecho al aborto, sin conocer la memoria histórica, sin derechos LGTBI, rodeada de la construcción de odio que ellos promueven.

Los gobiernos de extrema derecha que hay en el territorio español nos demuestran lo vulnerables que somos. Deberíamos estar mirando constantemente, cada día, hacia esos lugares para ver lo que están perpetrando en esos territorios, porque puede que lo siguiente sea que ocupen el Gobierno de España, y más nos vale estar preparadas.

Somos las mujeres las que más salimos perdiendo con todo ello, de la misma manera que somos las mujeres las que hemos demostrado que podemos pararlo. El porcentaje de mujeres que votaron a VOX en las últimas elecciones es muy, muy inferior al de los hombres que les votaron. Ahora llegan las Europeas. Necesitaremos a la Unión Europea si todo esto sucediera, necesitaremos poder echar mano de las instituciones de la UE. Por eso tan importante que las mujeres votemos en las Elecciones Europeas. Votemos izquierda y votemos feminismo.

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