Posibilidad de un nido

No es un tío tonto, es un delincuente

No es un tío tonto, es un delincuente

 

Ayer un hombre le tocó el culo a la periodista Isabel Balado mientras realizaba una conexión en directo con el programa En boca de todos, de Cuatro. Balado hablaba a cámara cuando el tipo pasó por su lado y la agredió. Tal es la impunidad de la que goza este tipo de agresiones, que no le importó hacerlo en unas circunstancias evidentemente públicas y grabadas.

Un gesto como ese es y ha sido habitual en calles, discotecas, bares, fiestas, encuentros familiares y puestos de trabajo. Ahora ese gesto es un delito y ese hombre no es un "tío tonto", como dijo en un primer momento el presentador Nacho Abad, cuya reacción le honra, sino un delincuente. Y no estoy señalando con esto a Abad, por supuesto, sino poniendo en evidencia nuestras costumbres, las de todos, las de todas.

Si el hombre que le ha tocado el culo a Balado, en lugar de eso le hubiera robado la cartera ante la cámara, a nadie le habría cabido ninguna duda de que estaba cometiendo un delito. Y ese delito tiene un nombre: ladrón. Si le hubiera dado un sopapo sería un agresor. Si le hubiera puesto una pistola y pedido el micro sería un asaltante. Si se la hubiera llevado, un secuestrador... Todos esos términos (ladrón, agresor, asaltante, secuestrador) tienen muchos sinónimos. Los conocemos y los usamos.

Sin embargo, del hombre que le toca el culo a una mujer sin su consentimiento solemos decir que es un imbécil, un mierda, un guarro, un "tío tonto". Del que acosa a una chavala, la persigue, le toca el pelo, le habla de sus tetas, le dice guarradas decimos que es un "baboso". Del que, yendo bebido, o porque es "de otra época", o porque "él es así", agarra a una mujer por la cintura y le da un beso, decimos que es un "patoso", un "salido", un "rijoso".

Todos los calificativos anteriores también tienen multitud de sinónimos. El problema es que no son correctos. Mientras ladrón, asaltante, agresor o secuestrador nos queda claro que son delincuentes, no sucede lo mismo con los "babosos", "patosos", "salidos", "rijosos" e imbéciles.

El hombre que le toca el culo a la periodista Isabel Balado no es un "tío tonto" ni un "imbécil". Es un delincuente.

El hombre que se te agarra en una fiesta y te coge por la cintura y te chupa la oreja no es un baboso. Es un delincuente.

El hombre que te roza los pechos con el brazo en el metro no es un "guarro". Es un delincuente.

El hombre que mira a la jovencita, la agarra y se la sienta en las rodillas mientras la toca a la fuerza no es un salido. Es un delincuente.

Y ahora, por favor, háganse un favor y repasen todas sus fiestas de pueblo, noches de ciego en discoteca, bodas, bautizos y comuniones, bailes y demás jaranas, reuniones de partido o asociación, navidades en familia, cenas y viajes de negocios, veraneos... repásenlas todas desde que guardan recuerdo y a ver a cuántos delincuentes reconocen en su memoria. A ver, también, qué tal retrato queda de ustedes mismos, de ustedes mismas.

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