La renovación de RTVE por parte del Gobierno no puede ser más chapucera. PSOE y Unidos Podemos han sido imprudentes y torpes a la hora de pactar y de comunicar su propuesta de nuevo presidente de la corporación. Como guinda del pastel y tras el fiasco de Andrés Gil como candidato, sale ahora a la palestra el nombre de Tomás Fernando Flores que, si algo encarna a la perfección es la traición y al anti-compañerismo.
Los gurús de la gestión empresarial, ahora reconvertidos al coaching para seguir vendiendo humo, siempre hablan de dos tipos de personas útiles en la organización: los que aportan y tienen iniciativa y los que no aportan, pero obedecen. Flores es de éstos últimos, de los que obedecen aún cuando las órdenes que llegan de arriba son injustas, puro autoritarismo. Lo demostró en 2012, cuando lo puso a dedo el Partido Popular (PP) en Radio 3 para protagonizar la mayor purga política de profesionales vivida en la radio pública.
Por eso sorprende que ahora PSOE y Unidos Podemos lancen esta propuesta con el único propósito de quitarse el marrón de encima de manera rápida, con el beneplácito del PP. Afortunadamente, ayer no prosperó la propuesta. Van a tener que hacerlo mucho mejor.
Flores como presidente de RTVE sólo significa dos cosas: o lo poco que les importa a esos partidos la RTVE como servicio público de calidad o, justo lo contrario, lo que les importa y cómo quieren a alguien maleable, que no muerda la mano que le da de comer y agache la cabeza cuando se le ordene.
Aunque antes de Flores han venido saliendo nombres muy potentes para el cargo, lo cierto es que para este perfil no es necesario que se trate de un o una periodista, sino que sea buen@ gestionando un medio de comunicación, que sea impermeable a las presiones que sin duda recibirá desde arriba y que tenga un sentido de servicio público. Todo lo que Flores no es... y mucho menos leal a su gente, a l@s suy@s.
Cosa bien distinta es quien ostente la jefatura de Servicios Informativos, algo de lo que todavía no se ha hablado y que tras el paso del PP por La Moncloa ostenta otro verdugo de la información, otro manipulador obediente con la derecha: José Antonio Álvarez Gundín. Él es el responsable directo de que tod@s mis colegas en informativos de la televisión pública lleven años viviendo un infierno laboral, se les abran las carnes cuando se ven obligad@ a presentar la información como a veces se hace. Y ni siquiera se presta a rendir cuentas en sesión parlamentaria.
Flores no es mejor que Álvarez Gundín y ambos se mueven en la órbita de José Antonio Sánchez, el mismo que presumió de aparecer en los papeles de Bárcenas sin vergüenza alguna. RTVE tiene que recuperar los tiempos en los que nos sentíamos orgullos@s de ella, en los que desterró la telebasura y sus informativos resultan en ocasiones incómodos al poder, al Gobierno de turno.
Con la propuesta de Flores, PSOE y Unidos Podemos, apoyados por PNV, parecen buscar lo contrario, un ente público servil y partidista que no mejorará la vida de l@s trabajador@s de la casa y, con ello, la de la ciudadanía en general, que verá cómo sus impuestos son pésimamente administrados privándoles del derecho a información.