La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), muestra hoy en El Confidencial su cara más mezquina. La popular intenta presentarse en el medio digital como una líder a costa de cargar contra el gobierno central, sin reparar siquiera que cada piedra que lanza contra el Ejecutivo le es devuelta como un bumerán, estapándosele en la cara.
La presidenta de la Comunidad de Madrid no duda en afirmar que "miles de personas de las marchas del 8-M han contagiado a otras durante semanas", sin apuntar que entre las asistentes se encontraban representantes del Partido Popular (PP), con Cuca Gamarra, su vicesecretaria de Política Social, al frente. Nadie duda de que vista la situación ahora, hubiera sido preferible no autorizar aquellas manifestaciones por toda España. Sin embargo, lo honesto es reconocer que quienes hoy más cargan contra ello, el PP, tampoco lo vio venir como demuestra que pese a su continuo coqueteo con la extrema-derecha que niega el feminismo estuvieron presentes intentando rascar votos.
Asimismo y aunque es cierto que la pregunta está teledirigida hacia el 8-M, Díaz Ayuso tampoco hace mención a ninguno de los actos públicos que se celebraron ese fin de semana, incluida la feria de arte Arco, sobre la que ella tiene responsabilidad directa, que no canceló y a la que acudieron más de 93.000 personas.
Especialmente ruin se muestra Díaz Ayuso a la hora de hablar del suministro de material sanitario. Asegura que el mando único de Sanidad ha provocado un "cuello de botella" en esos suministros de material pero, ¿qué cuello de botella, si todas y cada una de las Comunidades Autónomas (CCAA) puede comprar ese material al margen de lo que le llegue del gobierno central? De hecho, tan previsora que se presenta la presidenta de Madrid, ¿cómo es que su Comunidad no adquirió el material de cuya provisióm dado que Sanidad es una competencia transferida, era la primera responsable? No hay respuesta a esa pregunta, ni por su parte ni por parte del resto de autonomías incapaces de asumir que ellas tampoco pueden acelerar la adquisición de material porque el mercado internacional está saturado.
Por otro lado, sobre las continuas contradicciones entre las cifras aportadas por el ministerio de Sanidad sobre el material entregado y las aportadas por Díaz Ayuso sobre lo recepcionado, urgen pruebas documentales de una y otra afirmación, para callar la boca a quien corresponda.
Siguiendo en esta misma línea, resulta lamentable y, de nuevo, una prueba de cuán deshonesta y enemiga de la transparencia puede llegar a ser Díaz Ayuso, cuando la presidenta tan sólo es capaz de responder "vendrán dentro de poco, y cuando estén, explicaré todo lo que ha pasado" cuando se le pregunta por los dos aviones que prometió hace semanas cargados con material sanitario por valor de 23 millones de euros. Añade, regodeándose en su opacidad, que no sugiere nada bueno, "cuando aterricen. Y entonces, cuando esté tranquila y me asegure de que lo que llega va a los hospitales, lo explicaré".
Díaz Ayuso es una gobernante indigna del pueblo madrileño. No puede afirmar que "tengo que hacer lo que creo que es correcto, y lo correcto es señalar qué hace falta" cuando ella es corresponsable de todo lo que falta. No puede jalear indirectamente y de manera continua a quienes tachan a Pedro Sánchez de "sepulturero" y cuando se ligan los continuos recortes en Sanidad por parte del PP a parte de las carencias que sufre ahora el área hospitalaria o los estragos que ha supuesto en las residencias de ancianos dependientes de la Comunidad de Madrid, lamente que "muy duro", "aporta muy poco" y "es un completo error" relacionarla con muertos.
Díaz Ayuso resta, no suma. La presidenta destila un afán de protagonismo que se detecta en cualquier de las notas de prensa que emite su gabinete. Sólo entre las últimas emitidas los titulares arrancan "Díaz Ayuso solicita...", "Díaz Ayuso decreta...", "Díaz Ayuso agradece...". Pareciera que su propósito es apuntarse cuantos tantos sea posible, negando que afrontar esta crisis es una labor de equipo. Ella no juega en equipo: su gobierno ha obviadi que el hospital de campaña fue una realidad gracias a la colaboración entre Administraciones y la participación directa de la UME. En esa línea, el alcalde José Luis Martínez-Almeida (PP) está ganando mucho crédito, mostrando más altura de miras y sentido de Estado que ella, sin que ello sea óbice para que realice críticas constructivas.
Son patéticas sus pretensiones de querer brillar en mitad de una crisis en la que sus ansias de emponzoñar la gestión del Ejecutivo, ocultando sus propias contradicciones , sus problemáticas y, también sus errores, no hacen bien a nadie, ni siquiera a su imagen pública.