El modo en que continúan cerrando filas en torno a la figura del rey, lejos de mostrar la fortaleza de la monarquía, evidencia su debilidad. Sus pilares, cada vez más frágiles, tiemblan ante una demanda de mayor democracia, ante resultados de encuestas como la impulsada por 16 medios de comunicación independientes que revela cómo la opción republicana ganaría en un referéndum. Tanto han cerrado filas, que ya se encuentra acorralado.
Es triste que sea necesario un micromecenazgo y que 16 medios de comunicación tengan que impulsar una encuesta porque el Estado lleva casi seis años privándonos de saber que opina la ciudadanía de una Corona tan salpicada por los escándalos que viene siendo complicado no taparse la nariz con sólo mencionarla. Supongo que es en estos momentos en los que se demuestra quién es más demócrata y quien no teme la transparencia, y la encuesta realizada por 40dB tiene mucha más fuerza que el vídeo cayetano.
Cayetana Álvarez de Toledo padece el complejo de Albert Rivera, ese síndrome de abstinencia cuando se alejan de los focos, y precisa del faranduleo para llenar ausencias. Su vídeo de cayetanos reúne a tantos personajes de diferente pelaje y, muchos de ellos, dudosa moralidad, que más que hacer un favor al Borbón supone precisamente lo contrario: demuestra qué clase de personas se aferran al enchufe real.
Ver en días como ayer tanta banderita y tantos mensajes en las redes sociales defendiendo al rey es signo inequívoco de cuán arrinconado se encuentra el Borbón. Leer las críticas encendidas por el sobrio saludo de Pablo Iglesias al monarca resulta divertido: ¿quién tendría que rendir más pleitesía a quién, el que ha sido elegido en unas elecciones democráticas o el que se pega la vida padre sólo por su apellido? Yo, lo tengo claro y, afortunadamente como demuestra la encuesta de 40dB, la mayoría de los españoles también.