Conocíamos la llegada de Filomena desde hace varias semanas y las distintas Administraciones Públicas no han tenido la suficiente previsión para evitar que sus efectos sean tan adversos. Al menos son regulares: nuestra clase política siempre defrauda, a uno y otro lado; pero lo que parece intolerable es que se premie la ineptitud y eso es lo que parece querer el Partido Popular (PP) queriendo que Madrid sea declarada zona catastrófica.
El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reclaman esa declaración de zona catastrófica, lo que implicaría el desembolso de unos cuantos millones de euros, que podría cifrarse en decenas. Cómo no, el quitanieves Pablo Casado respalda esta solicitud pero, ¿realmente es necesario?
Es innegable que Madrid se vio gravemente afectada por el paso de Filomena -y lo que te rondaré, morena-, pero ¿hasta el punto de declararla zona catastrófica? Lo podemos plantear de otro modo: Cuando los gestores manifiestan una palmaria ineptitud, ¿realmente el dinero resuelve estas carencias o, simplemente, favorecerán el dispendio? ¿Por qué Comunidades como Castilla-La Mancha, que han sido aún más azotadas por Filomena, han conseguido lidiar mejor con su impacto?
Entiendo la postura del PP, porque abrir ahora este frente regala una perfecta cortina de humo sobre la falta de previsión de una y otra Administración, pero no es la solución para el pueblo madrileño. Tenemos que aprender lecciones y la pandemia nos ha impartido unas cuantas: ¿qué ha hecho Díaz Ayuso con la inyección de millones que llegaron del Gobierno de España para fortalecer la Sanidad Pública? Es evidente que nada, más allá de privatizar con evidentes ineficiencias y dejar al sistema sanitario público aún más esclerótico, menguando las plantillas con traslados forzosos al infausto hospital pabellón Isabel Zendal. Ahí tienen la respuesta a lo que haría con los millones de la declaración que reclama.
Madrid no debe ser declarada zona catastrófica por los efectos de Filomena pues, de hecho, dispone de recursos suficientes para capear su impacto; con lo que no cuenta es con gestores duchos para hacerlo y eso, sí que es catastrófico.