Diario de Bali

Una Cumbre para la esperanza

Los deberes no se deben dejar para última hora, nos decían en el colegio. Sin embargo, los diplomáticos parece que prefieren alargar las negociaciones y utilizar primero los argumentos científicos y políticos, para dejar paso al aguante físico.

Los acuerdos en la ONU se toman por consenso y unanimidad. Y la Cumbre del Clima de Bali ha batido un nuevo récord de duración, no por falta de tiempo para hablar, sino porque hay muchos ases en las mangas que, al final,  se sacan en el último minuto. Los negociadores han echado de menos una mano firme de la presidencia de Indonesia para tratar de acercar posturas y no esperar hasta que salga el avión de algunos delegados para tener que sentenciar.

Las estrategias de cada país son múltiples, cómo lo son los 187 miembros de la ONU. Y esta Cumbre ha estado a punto de cerrarse en falso, a pesar de lo mucho trabajado y los desánimos finales al ver que se podía escapar el acuerdo. Las horas anunciadas por la megafonía para ruedas de prensa de los delegados e incluso la prevista del secretario de Naciones Unidas se posponían una y otra vez.

La noche cayó en Bali y el sábado volvió a amanecer con el mismo calor húmedo de todos los días. Pero al final no iba a ser un día más. Bali puso nombre a un nuevo proceso para luchar contra el calentamiento. Una esperanza para el futuro.

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