Dominio público

¿Quiénes van a votar a Soria ¡Ya! y a Unión del Pueblo Leonés?

Eduardo Bayón

El barómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado el pasado miércoles ha servido para arrojar algo de luz sobre los movimientos que se están produciendo entre el electorado. Estos sugieren que nos dirigimos hacia un resultado histórico en las provincias de Soria y León.

Las 7.131 entrevistas realizadas por el CIS —628 en Soria y 1.258 en León— otorgan a la plataforma Soria ¡Ya! dos escaños y a Unión del Pueblo Leonés (UPL) una horquilla de entre dos o  tres procuradores, con unas estimaciones del 42,3% (31% en IDV) y 18,8% (12,1%), en sus respectivas provincias.

Las características de ambas candidaturas son distintas. Soria ¡Ya! es un movimiento ciudadano con una trayectoria de veinte años que se ha constituido en agrupación de electores para la ocasión al calor del auge de La España Vaciada. En cambio, UPL es el partido histórico del leonesismo que en el momento actual, marcado por un crecimiento de la reivindicación histórica de una autonomía leonesa, se encuentra en disposición de mejorar sus resultados pasados.

En los siguientes párrafos y gráficos analizaremos las características de voto de UPL y Soria ¡Ya! para los que el CIS muestra una intención directa de voto del 2,5% y 1,1%, respectivamente, en el conjunto de Castilla y León.

Atendiendo al voto por edad, el partido leonesista obtendría sus principales apoyos en el electorado menor de 45 años. Su mejor dato se produce entre los más jóvenes —aquellos que tienen entre 18 y 24 años—. En el caso soriano, sus mejores cifras se dan entre los votantes que cuentan con entre 25 y 54 años.

En voto según el tamaño del municipio, ambas candidaturas obtienen su mejor dato en territorios que cuentan con entre 10.000 y 50.000 habitantes. Esto viene a confirmar, entre otras cuestiones, la fortaleza de Soria ¡Ya! en la capital provincial.

Tanto UPL como Soria ¡Ya! se muestran más fuertes entre votantes que han alcanzado un nivel de estudios de secundaria de segunda etapa, FP o universitarios. Esto se encuentra correlacionado con los datos mostrados en el voto por edad, donde ambos partidos cuentan con un mayor número de votantes entre aquellas generaciones que han podido desarrollar más su trayectoria académica.

Es en la variable de la clase social subjetiva donde se produce una mayor divergencia en los electorados de ambos. En la actualidad, UPL muestra un mayor porcentaje de voto entre las clases media-baja y trabajadora. Por su parte, Soria ¡Ya! logra sus mejores cifras entre las clases alta/media-alta y media-media.

A la eterna pregunta de si son candidaturas de izquierdas o de derechas, ya podemos responder que dentro de su transversalidad estamos ante opciones políticas que logran un mayor respaldo entre votantes de centro-izquierda, aunque también se muestran competitivas entre el electorado de centro-derecha.

Hemos dejado para el final una de las cuestiones más trascendentales acerca de estas dos formaciones: ¿de qué partidos provienen sus posibles votantes? Ambos casos son distintos, UPL se ha presentado con anterioridad e incluso cuenta con representación parlamentaria. El preelectoral del CIS muestra para el partido leonesista una tasa de fidelidad —quienes les votaron en 2019 y lo volverían a hacer ahora— del 77,3%. A su vez, es la tasa más alta de las principales formaciones que se presentan a las elecciones de Castilla y León. Las principales transferencias hacia UPL se producen en términos absolutos desde el PSOE y, en menor medida, desde PP y Ciudadanos. En el caso de Soria Ya!, en cambio, destacan antiguos votantes de PSOE y Podemos. En lo que sí coinciden las dos candidaturas es en estar movilizando a abstencionistas.

En definitiva, estamos ante dos formaciones políticas con posibilidades de lograr sendos hitos en la cita electoral de 13 de febrero. Las diferencias entre los posibles votantes que atraen ambas candidaturas se producen en mayor medida, como ya hemos visto, en los segmentos de edad —con UPL con mayor voto entre los más jóvenes—, en la clase social subjetiva y en las tasas de transferencia de voto.

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