Dominio público

Veo presidentes

Gabriela Wiener

Escritora, poeta y periodista

Veo presidentes
De izquierda a derecha: Pedro Castillo, Donald Trump y Mariano Rajoy (Imágenes de EFE)

Quiero decirte mi secreto ahora: Veo presidentes. Todo el tiempo. Están por todas partes. Abro el ojo y veo un presidente. Levanto una piedra y hay un presidente o una presidenta. Oigo una voz y es la voz de un presidente. Veo sobre todo presidenciables, hombres y mujeres, locos por ser. Yo juraría que ya no hay un solo niño que conteste en una encuesta que de mayor quiere ser presidente, pero quién sabe. No entiendo por qué alguien querría ser presidente, pero hay overbooking de presidentes. Puedo entender que quieran ser presidentes o presidentas de España, porque nunca van a la cárcel. Eso sí lo puedo entender, pero otra cosa no.

Estuve revisando una página en wikipedia llamada Jefes de Estado y de Gobierno que fueron encarcelados (algo desactualizada) y España no tiene ni uno. Quizá un montón de exiliados en la dictadura podrían haber acabado más que presos muertos. Pero de los seis presidentes españoles en democracia ninguno pasó por el banquillo. Es una página para analizar concienzudamente. La gran mayoría son presidentes africanos, asiáticos y del tercer mundo en general, muchos derrocados, muy poquitos europeos, sobre todo del Este. Como ayer que estuve en la comisaría para un trámite y vi entrar a una decena de esposados y ninguno era español.

Antes todo el mundo quería ser presidente, sobre todo de Estados Unidos, pero si a un millonario como Trump le podrían caer cien años de cárcel, ya te lo piensas dos veces. Qué le van a caer, claro que no le van a caer, tontitos. Solo los millonarios pueden ser presidentes.

Ahora bien, ser presidenta de un pequeño país como el Perú puede parecer que está chupado, un chollo. Solo el 5% de la población cree que Dina Boluarte tiene capacidades para gobernar pero ahí sigue gobernando la presidenta-dictadora, batiendo récords de impopularidad presidencial pero en el poder. Sin embargo, a cada cerdo le llega su San Martín...

En un breve recuento tenemos en el ejemplar y diverso Perú, tres presidentes presos: Alberto Fujimori (condenado por crímenes de lesa humanidad y corrupción), Alejandro Toledo (Odebrecht) y Pedro Castillo (le dieron un golpe de estado disimulado). Tres presidentes en arresto domiciliario o comparecencia restringida, que son la verdadera "banda presidencial": Ollanta Humala (Odebrecht), Pedro Pablo Kuczynski (Odebrecht) y Martín Vizcarra (se vacunó de covid antes que los ciudadanos). Todo por querer ser presidentes.

También tenemos un suicidio presidencial, el de Alan García, al momento de su arresto (Oderbrecht). Y no tendremos monarquía pero sí dinastías: el hijo de Alan, que no es ni mayor de edad, quiere ser presidente y lo juró sobre el cajón del finado. Y tenemos a la tres veces candidata a presidenta derrotada, la acusada de liderar una organización criminal y con impedimento de salida del país, la hijísima Keiko Fujimori. ¡Y aún así pudo postular la última vez a la presidencia! Perdió pero en realidad ganó. El real ganador de las elecciones, Pedro Castillo, está en la cárcel y ella no.

En fin, todo un bonito recordatorio de que, en algunos sitios, sale a cuenta ser presidente y en otros, es mejor dedicarse a la jardinería. O de que lo robado, robado está en algún paraíso fiscal y al menos los hijos o nietos de estos sacrificados presidentes disfrutarán algún día del dinero saqueado.

Me perdonarán el atrevimiento pero creo que por ser peruana tengo cierta autoridad para hablar de presidentes procesados, condenados o presos y para presumir de lo lindo aquí en el país de los papeles de M. Rajoy. ¿Cómo se hace para meter a un presidente a la cárcel? Aquí van algunos consejos:

1. Si se trata de una especie de Fujimori, olvídate, eran otros tiempos, la justicia ya no se lleva, esas cosas solo pasan una sola vez en la vida, lo normal es morir como Franco o Pinochet.

2. Ahora bien, si no es culpable, asegúrate de estar bien al sur del mundo, que sea de izquierda, cholo y que Estados Unidos lo considere un peligro para la humanidad, mientras le das un golpe suave, blando, disimulado.

3. Cómprate un periódico.

Finalmente, la pregunta del millón: ¿Cómo se hace para ser presidente y nunca ir a la cárcel? Haz como si M. Rajoy fuera un nombre misterioso y no Mariano Rajoy.

En ocasiones veo presidentes pero yo no voté por ninguno.

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