Dominio público

La Europa que queremos es socialista, demócrata, interconectada y alegre

Giacomo Filibeck

Secretario General del Partido de los Socialistas Europeos

Póster de las elecciones al Parlamento Europeo. Europa Press
Póster de las elecciones al Parlamento Europeo. Europa Press

 

 En estos últimos días de la campaña electoral para las elecciones al Parlamento Europeo, muchos ciudadanos europeos tienen ahora la oportunidad de prestar plena atención al tipo de continente en el que quieren vivir y pensar en quién puede materializar mejor esa visión.

Los que, como yo, creen en una Europa más unida y pacífica, se alarmarán al ver las posiciones que ha adoptado la derecha política. Deja más claro todavía lo que muchos sabemos desde hace tiempo: que su principal interés consiste en preservar su propio poder y sus privilegios, generalmente a expensas de los europeos de a pie. Esto, por sí solo, debería ser motivo suficiente para que quienes creemos en una Europa más unida y pacífica nos movilicemos.

Así que, a los votantes que no estén seguros de qué tienen que ver estas elecciones con ellos o que tengan la sensación de que no pueden contribuir a ningún cambio en Bruselas que vaya a afectar materialmente a su vida, les pido que sigan leyendo.

Como ciudadanos, ustedes tienen el poder de crear una Europa a su imagen y semejanza; y todavía estamos a tiempo de que la mayoría que cree en el proyecto europeo vote con arreglo a sus valores y recupere nuestro continente mediante la defensa de las cosas que importan de verdad.

Les pido que sopesen la posibilidad de unirse la lucha de nuestra gran familia socialista y demócrata para proteger los valores socialdemócratas fundamentales sobre los que se fundó Europa y en los que todavía cree la mayor parte de los europeos.

Nosotros defendemos la unidad, la solidaridad y el progreso, unos valores arraigados en nuestra historia y nuestra cultura.

Nuestra visión de Europa se centra en ayudar a los europeos a afrontar la crisis del coste de la vida, propulsar a los trabajadores para que tengan empleos más llenos de contenido y con mejores protecciones, dar más poder a las mujeres y avanzar en la defensa de sus derechos y hacer que la economía esté preparada para el futuro para que la transición climática sea más justa y beneficie a todos, no solo a las élites.

No hay prácticamente ningún tema ni debate político en el que nuestro grupo no haya tomado la iniciativa para desarrollar los aspectos positivos y asegurarnos de que benefician a todos y nadie se queda atrás.

Un ejemplo son las políticas nacionales dirigidas a los trabajadores que defienden los progresistas en toda Europa.

En España, bajo la dirección del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, se han puesto en marcha reformas progresistas para sostener los derechos de los trabajadores y dar mayor protección social en épocas malas, además de haber conseguido subir el salario mínimo en los últimos seis años.

En Dinamarca, Mette Frederiksen ha promovido más transparencia y previsibilidad en las relaciones laborales a través de la Ley de Contratos Laborales. Mientras que, en Alemania, Olaf Scholz ha aprobado la Ley del Tiempo de Trabajo, que limita el número de horas laborables semanales para reducir la exploración de los trabajadores.

Desde la perspectiva global de la UE, después de la explosión de la economía colaborativa de los "autónomos", los progresistas consiguieron implantar más medidas de protección para aproximadamente 30 millones de personas que trabajan a través de aplicaciones en la UE.

Estas protecciones, que tanto ha costado asegurar, han quedado consagradas en la Directiva europea sobre Trabajadores de Plataformas, una iniciativa encabezada por el candidato común del PSE y comisario europeo Nicolas Schmit que se aprobó en abril de este año.

Los trabajadores de plataformas —normalmente jóvenes y casi siempre mal pagados— suelen tener poca o ninguna seguridad laboral, a pesar de que muchos de ellos trabajan para ricos gigantes tecnológicos. Suelen tener contrato de autónomo, pero con las mismas responsabilidades que los empleados por cuenta ajena.

A partir de ahora, siempre que un trabajador de una plataforma se encuentre en esta situación, la directiva le garantiza la misma protección social a la que tienen derecho los empleados. Además, la directiva establece las primeras normas de la UE sobre el uso de sistemas de algoritmos en el trabajo, una medida que ayudará a millones de trabajadores.

Y la Directiva sobre Trabajadores de Plataformas no es más que una de las numerosas iniciativas impulsadas por los socialistas. Otros ejemplos son la Directiva sobre el Salario Mínimo, la Estrategia de Igualdad de Género, el Pacto Verde Europeo y muchos otros.

Estos cambios políticos contrastan con la explotación de los trabajadores y la negación de los derechos laborales básicos que la derecha defiende y aplaude. Basta fijarse en Finlandia para ver que los derechos de los trabajadores están quedando desmantelados a manos de un gobierno de derechas empeñado en revivir la estrategia de Thatcher, hace tanto tiempo desacreditada.

Respecto al cambio climático y el hecho de que la degradación del medio ambiente afecta cada vez más a las personas en la vida cotidiana, el hogar y el coste de la vida, el camino hacia una Europa más verde es otro de los pilares básicos en los que el PSE centra sus esfuerzos.

El grupo de los socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo ha contribuido de manera decisiva a desarrollar el programa político del Pacto Verde Europeo a través de iniciativas como la Directiva sobre Delitos Medioambientales —que pretende exigir responsabilidades por la destrucción del medio ambiente— y el Fondo de Transición Justa, que trabaja para garantizar una transición socioeconómica justa hacia la neutralidad climática. En cambio, la Ley de Restauración de la Naturaleza, apoyada por empresas, científicos y ciudadanos, fue objeto del boicot y la oposición del PPE y los partidos de derechas de ámbito nacional.

La historia nos ha demostrado repetidamente que, cuando nos unimos, podemos conseguir cosas extraordinarias. Desde la reconstrucción de posguerra que condujo a la creación del Estado del bienestar hasta los movimientos por los derechos civiles que defendieron la igualdad y la justicia, los progresistas han estado a la vanguardia a la hora de hacer cambios positivos.

Como señalamos en la Declaración de Berlín, rechazamos a la extrema derecha y su programa de división y miedo. Eso significa que no hay posibilidad de que establezcamos alianzas ni coaliciones con ECR o ID en el Parlamento Europeo.

En lugar de normalizar el relato de la extrema derecha, y a pesar de la sombra de la derecha que se cierne hoy sobre varias partes de Europa, nos hemos esforzado por "hacer cosas" y construir una trayectoria de sacar adelante políticas que influyen en nuestra vida.

Los europeos merecen una política que dé más poder a los trabajadores, que garantice un nivel de vida adecuado y que ofrezca esperanza a quienes lo están pasando mal en estos momentos. Esto es lo que defiende el PSE y lo que cumplirá Nicolas Schmit.

Hay entre nosotros una energía palpable, el deseo de una Europa que refleje nuestros verdaderos valores.

Si utilizamos esa energía, podemos transformarla en acción. Tendamos la mano a nuestros vecinos, entablemos conversaciones reales con nuestros colegas y sigamos recordándonos mutuamente que el poder de construir el futuro está en nuestras manos.

Es posible que la sombra de la derecha sea alargada, pero nuestra fuerza y nuestra determinación pueden eclipsarla y lo harán. La historia demuestra que siempre es así, cuando marchamos juntos.

Únanse a nosotros en este movimiento. Hagamos oír nuestra voz y garanticemos que la Europa del mañana sea una Europa en la que imperen la unidad, la solidaridad y el progreso.

Juntos, podemos recuperar Europa para los valores que apreciamos. Los progresistas y el PSE estamos decididos a construir una Europa que beneficie a todos, no solo a un puñado de privilegiados.

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