Ecologismo de emergencia

Tras años de espera, se retoma la iniciativa parlamentaria “Animales No son Cosas”

Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

Hoy martes, 20 de abril, el Pleno del Congreso de los Diputados debatirá una Proposición de Ley de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales.

Volver a poner en la agenda política nacional esta iniciativa parlamentaria resultaba esencial ya que, desde hace años, supone una justa reivindicación del movimiento animalista. La espera para llegar al día de hoy ha sido prolongada, y el periplo político por el que esta propuesta ha pasado a lo largo de los últimos años tampoco ha sido menor.

La consideración legal de los animales como "cosas" supone un vestigio decimonónico que se mantiene petrificado en nuestro ordenamiento jurídico a pesar de que los animales no humanos no pueden seguir siendo catalogados como bienes, como meros objetos, puesto que su capacidad de sentir y de percibirse, tanto a sí mismos como al entorno, es ya una realidad científica y jurídica incuestionable. Jurídica porque, ya desde 2009, el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea otorgó pleno valor jurídico, como principio general y constitucional de Derecho de la Unión Europea, al reconocimiento de la sintiencia animal cuando, en su artículo 13, se estableció el deseo firme, en el seno de la constitución europea, de garantizar "una mayor protección y un mayor respeto del bienestar de los animales como seres sensibles".

Y una realidad científica porque, a día de hoy, y a este respecto, existe un amplísimo consenso dentro de la Academia: ya en 2012, prestigiosos científicos reunidos en la Universidad de Cambridge entre los que se encontraba el profesor Stephen Hawking, suscribían la conocida como Declaración de Cambridge de la Conciencia Animal, en la que se afirma que: "de la ausencia de neocórtex no parece concluirse que un organismo no experimente estados afectivos. Las evidencias convergentes indican que los animales no humanos tienen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de la conciencia junto con la capacidad de exhibir conductas intencionales. Consecuentemente, el grueso de la evidencia indica que los humanos no somos los únicos en poseer la base neurológica que da lugar a la conciencia. Los animales no humanos, incluyendo a todos los mamíferos y pájaros, y otras muchas criaturas, incluyendo a los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos".

Y así llegamos a la histórica jornada de hoy en el Congreso. Cuando se está ante un hito jurídico de tal magnitud en la lucha por los derechos de los animales —nada menos que la descosificación legal de los animales no humanos, una no puede evitar emocionarse y dar por buenos los largos años de intenso trabajo mediático, político y jurídico invertidos en la campaña #AnimalesNOsonCosas, que iniciamos en 2015. Pero esta campaña, como todas las reivindicaciones más relevantes, supone una lucha de todas y todos, como sociedad civil y como país, que hace que España pueda mirar al futuro con optimismo y firmeza.

Así es. Hace ya seis años que, desde el Observatorio Justicia y Defensa Animal, iniciamos esta campaña, y cuatro que la registramos en el Congreso de los Diputados. En aquel entonces, ya contaba con el respaldo social de cientos de miles de ciudadanos comprometidos con esta causa, la de otorgar a los demás animales, también en nuestras leyes, el lugar que por derecho propio les corresponde. A día de hoy la campaña Animales no son Cosas roza ya el medio millón de apoyos en Change.org.

Desde que esta iniciativa fuera puesta sobre la mesa, su devenir parlamentario ya nos da una buena muestra de su relevancia en la política española: en 2017, el grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso fue pionero en nuestro país abanderando una Proposición No de Ley que ya recogía, sustancialmente, nuestra propuesta. Por ello, desde el Observatorio Justicia y Defensa Animal mostramos nuestro apoyo y, tras varias mejoras técnicas, finalmente el 14 de febrero de 2017 el Pleno del Congreso de los Diputados aprueba por unanimidad una enmienda transaccional que acuerda: "promover las reformas legales necesarias para crear una categoría especial en el Código Civil distinta a las ya previstas, referida a los animales, donde se les defina como seres vivos dotados de sensibilidad y prever las reformas legales necesarias para que los animales de compañía no puedan ser objeto de embargo en ningún procedimiento judicial".

A partir de ahí, y tras ocho meses de trabajo, reuniones y propuestas, el 13 de octubre de 2017, a iniciativa del grupo parlamentario popular en el Congreso, se presenta la primera Proposición de Ley en el Parlamento español cuyo cometido era la modificación del estatuto jurídico de los animales a través de la reforma de las principales leyes civiles españolas, es decir, del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil. Como no podía ser de otra manera, desde el Observatorio Justicia y Defensa Animal también apoyamos la iniciativa, y trabajamos con ellos el texto de la norma, haciendo aportaciones relevantes, antes y durante su tramitación parlamentaria. Dos meses más tarde, el 12 de diciembre de 2017, la toma en consideración de esta Proposición de Ley obtuvo, de nuevo, el apoyo unánime del Pleno de la Cámara Baja. Tal consenso supone una rara avis en nuestra historia política. A tal unanimidad, sin duda, contribuyó el arduo trabajo e interés puesto por parte de algunos diputados y diputadas quienes, dejando los egos y los personalismos partidistas a un lado, se empeñaron en que esta iniciativa saliera adelante con un amplio consenso. No voy a citarlos, pero sé muy bien quiénes son y cuánto han trabajado en un texto que, ya como informe de la ponencia, fue aprobado por la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados el 26 de febrero de 2019. Pero, caprichos del destino, cuando todo estaba a punto de caramelo se anunció el adelanto electoral y, por tanto, la disolución de las Cortes: todas las iniciativas parlamentarias que estaban todavía en proceso de tramitación decayeron automáticamente, de modo que volvíamos a la casilla de inicio. Cualquier nueva propuesta ya habría de ser presentada en siguientes legislaturas.

Afortunadamente, este momento ya ha llegado. Unidas Podemos y PSOE han cumplido su promesa electoral y, así, el pasado 26 de marzo registraban una nueva Proposición de Ley de reforma del régimen jurídico de los animales que, con alguna mejora, se apoya mayoritariamente en el anterior texto que tanto consenso obtuvo. Y su puesta de largo tendrá lugar hoy, cuando se vote su toma en consideración por el Pleno del Congreso.

No quiero concluir estas palabras sin resaltar y agradecer el trabajo que otras entidades de defensa de los animales, como la Fundación Affinity o la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA), han ofrecido a esta iniciativa. Sin duda, este texto, cuya nueva tramitación comienza hoy, se ha enriquecido gracias a las propuestas y enmiendas que, entre otras, han aportado estas entidades.

También conviene apuntar que esta importante reforma legal, que desde hoy vuelve a estar en el centro de la agenda política nacional, ya se ha llevado a cabo en otros países como Austria, Alemania, Suiza, Francia o Portugal. Estamos ante un momento histórico que supone un paso crucial para la defensa de los animales y para la Justicia Social en nuestro país. Por ello, esperamos que la nueva composición de la Cámara Baja no ensombrezca ni el consenso anteriormente ya alcanzado ni la buena sintonía democrática que siempre ha acompañado a esta iniciativa. Lo que se pretende es que los animales dejen de ser tratados por el Derecho como meros objetos, se les reconozca como seres vivos dotados de sensibilidad y se tenga en cuenta su protección y bienestar cuando se apliquen las normas y se dicten sentencias judiciales.

Ya es hora de que esta reforma, por fin, salga adelante. Esperemos que nuestros diputados y diputadas, con independencia de su color político, sigan estando a la altura de su cometido, que no es otro que el de poner al servicio de la sociedad unas leyes acordes al tiempo en que tienen que ser aplicadas, porque los demás animales NO SON COSAS.

Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

Abogada y Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal.

Miembro del Oxford Centre for Animal Ethics y de la Red Ecofeminista.

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