Ecologismo de emergencia

Galicia, de nuevo amenazada por la industria papelera

Juantxo López de Uralde

Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, dando una rueda de prensa.- EFE/ Xoán Rey
Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, dando una rueda de prensa.- EFE/ Xoán Rey

Galicia conoce bien los impactos de la industria de celulosa. La transformación de gran parte de sus montes en plantaciones de eucaliptos de la mano de la empresa ENCE ha supuesto un daño irreversible sobre sus ecosistemas. Los vertidos de esta papelera en la ría de Pontevedra han sido una pesadilla cuyos impactos todavía movilizan a vecinos y mariscadoras para que se cumpla la ley de costas y el espacio que hoy ocupa la planta vuelva al dominio público del que salió por una concesión durante el franquismo. Pues bien, hoy la sombra de la celulosa vuelve de nuevo a cernirse sobre Galicia por el proyecto de la empresa portuguesa Altri. 

El proyecto de Altri de construir una gran planta de celulosa en la comarca del Ulloa está generando una gran oposición. Los vecinos y vecinas de esta comarca ubicada en el centro mismo de Galicia se están movilizando en contra de la construcción del complejo papelero ante los previsibles y graves impactos ambientales. En principio se hablaba de una planta de producción de un tejido celulósico llamado Lyocell, pero hoy sabemos que el grueso de la producción (400.000 tns) se dedicarán a la producción de pasta de papel.  

Precisamente la extensión de los cultivos de eucaliptos asociados a esta planta será significativa, ya que consumirá 1,2 millones de toneladas de madera de eucalipto al año. Lo que les faltaba a los montes de Galicia es otro consumidor masivo de eucaliptus... 

Un dato para tener en consideración es que este proyecto no solo cuenta con todas las bendiciones de la Xunta de Galicia, sino que las relaciones públicas las lleva el lobby del exministro socialista Pepe Blanco llamado Acento, que recientemente resonó por su fallido intento de fichaje de Alberto Garzón. Para servir a estos intereses sirven los lobbies como el mencionado. 

El uso del agua es uno de los temas más problemáticos: al día consumirá 46 millones de litros de agua, más de lo que consume la provincia de Lugo actualmente. No parece buena idea, en tiempos de cambio climático acelerado, dar el visto bueno a un proyecto de estas características. Además, el argumento de que 32 millones de litros se devolverán al río depurados tampoco convence, ya que llegarán al río con altas temperaturas, y alterando con ello el ecosistema fluvial. 

Estos son solo algunos datos de un proyecto industrial que ha despertado una profunda preocupación en Galicia. La movilización en contra que se está generando es importante y está avalada por los datos que hablan de impactos muy significativos. Organizaciones sociales y políticas están recogiendo alegaciones, y movilizándose en la comarca. Ni todos los avales políticos de la Xunta pueden justificar este atropello medioambiental, ni los lobbies que lo promueven pueden ocultar los daños que, de llevarse a cabo, va a generar este proyecto. 

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