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Ecos de la Segunda Guerra Mundial: la mira de bombardeo Norden (un dispositivo tan caro como inútil)

Ignacio Mártil
Catedrático de Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Sociedad Española de Física

(Varios de los aspectos tratados en este artículo están recogidos en mi libro "El Radar en la historia del siglo XX. Una de las armas decisivas de la Segunda Guerra Mundial")

 

Ecos de la Segunda Guerra Mundial: la mira de bombardeo Norden (un dispositivo tan caro como inútil)

El B-17 Memphis Bell, rehabilitado para el rodaje de la película "Memphis Bell". Se observa perfectamente en el morro del avión (señalado con el círculo rojo), la mira Norden del bombardero. En varias escenas de la película, se puede ver el funcionamiento de la mira, tal y como detallo en este artículo

 

La mira Norden era un dispositivo usado por la Fuerza Aérea de EE. UU.  durante la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam para ayudar a las tripulaciones de los bombarderos a lanzar su carga de forma precisa sobre sus objetivos. El instrumento no cumplió con las expectativas creadas, a pesar de la enorme cantidad de dinero invertida en su desarrollo: 1.100 M$ (millones de dólares) de la década de 1940 (~15.000 M€ actuales), en comparación con los 2.200 M$ del Proyecto Manhattan. De hecho, no sirvió para casi nada. Esta es su historia.

Ecos de la Segunda Guerra Mundial: la mira de bombardeo Norden (un dispositivo tan caro como inútil)

Mira Norden situada en la parte frontal de un B-17G, vista desde el puesto del piloto del avión

 

1. Breve historia de su invención

Este instrumento fue diseñado y fabricado por Carl Norden, un ingeniero holandés, educado en Suiza y emigrado a los EE. UU. en 1904. Norden había trabajado con otro ingeniero de nombre Elmer Sperry, con quien aprendió las peculiaridades de los mecanismos giroscópicos dentro de la empresa de éste, Sperry Gyroscope Co.  En 1913 de separó de Sperry y fundó su propia compañía, Carl L. Norden Corporation, y en 1920 presentó su invención a la marina estadounidense.

La frase promocional de Carl Norden para su visor (de nombre técnico Mark XV), era: "[el bombardero] será capaz de acertarle a un barril de pepinillos desde 6.000 metros de altitud". Para ayudar a fomentar la noción de precisión, Norden utilizó también un ingenioso lema en latín, "Cupa fiat melior muriae: per Norden obibit", traducido como "Cuando se construyan mejores barriles de pepinillos, Norden también les dará". Con esta campaña publicitaria tan atractiva, el gobierno norteamericano no dudo en invertir para su desarrollo la enorme cantidad señalada al comienzo de este artículo.

Carl Norden entregó su primer visor de producción en 1939. Su rendimiento durante las demostraciones controladas fue excelente. En abril de ese año, en Fort Benning, Georgia, cuatro bombarderos Boeing B-17 Flying Fortress equipados con visores Norden apuntaron a un acorazado simulado de dimensiones 200 m. × 35 m. Diez de las doce bombas de diversos tamaños dieron en el blanco. El 2 de diciembre de 1941, el jefe en funciones de la Oficina de Aeronáutica escribió al secretario de Marina: "El visor Norden se considera el principal factor de superioridad que poseen las fuerzas aéreas de este país sobre las de los posibles países enemigos". Sin embargo, como demostraría la experiencia en combate, hubo una gran diferencia entre los resultados obtenidos en las demostraciones contra objetivos fijos, realizadas en condiciones ideales y los que se obtendrían en tiempo de guerra.

2. Componentes de la mira

La mira Norden consistía en dos partes principales, un cabezal de puntería y un estabilizador, tal y como muestra la imagen:

Ecos de la Segunda Guerra Mundial: la mira de bombardeo Norden (un dispositivo tan caro como inútil)

Izquierda: Una página del Bombardier's Information File (BIF) que describe los componentes y controles de la mira Norden. La separación entre el estabilizador (abajo a la izquierda) y el cabezal de puntería (arriba a la derecha) es evidente. Derecha: Punto de mira del visor Norden, en unas pruebas sobre la campiña inglesa en 1944

 

1.- El cabezal de puntería. Contenía los principales componentes de la mira: un pequeño telescopio que se usaba como mira primaria y un conjunto de motores eléctricos y giroscopios que movían el telescopio, haciendo que un único punto del suelo (el blanco) quedara fijo en la mira.

2.- El estabilizador. Era una plataforma que se nivelaba mediante un giroscopio, de manera que proporcionaba al cabezal de puntería una base estable desde la cual actuar. El estabilizador estaba unido al piloto automático del avión, lo que permitía que este corrigiera su rumbo hasta que alcanzara el punto prefijado por el cabezal de puntería, que tenía que ser cuidadosamente alineado con el estabilizador para asegurar que apuntaba en la misma dirección que el avión. Esta era la parte más delicada de llevar a cabo en cualquier misión de combate.

 

3. Principio de operación

En esencia, la mira funcionaba de la siguiente manera:

1.- El operador de la mira (el bombardero) fijaba el blanco con el cabezal de puntería, es decir, el pequeño telescopio situado en la parte superior del equipo. Esto implicaba necesariamente tener visión directa del objetivo, cosa que sucedía en contadas ocasiones, dado que los cielos de Alemania estaban cubiertos de nubes la mayor parte del año. Esta fue una de las principales razones de la escasa efectividad de la mira.

Ecos de la Segunda Guerra Mundial: la mira de bombardeo Norden (un dispositivo tan caro como inútil)

Formación de B-17 arrojando sus bombas sobre un objetivo totalmente cubierto por nubes. La nubosidad sobre Europa hizo prácticamente imposible el bombardeo visual. El sistema OBOE y el radar H2S de ayuda a la navegación cambiaron esta situación drásticamente, no así la mira Norden.

 

2.- Justo antes de establecer el objetivo a bombardear, el operador de la mira introducía en esta los datos clave: altura de vuelo, velocidad, fuerza y dirección del viento, velocidad y trayectoria del avión, etc. Una vez fijado el objetivo, el sistema, mediante el estabilizador, hacia que el blanco permaneciera fijado en el visor durante todo el período de aproximación anterior a la suelta de las bombas, "obligando" al avión a volar en la trayectoria correcta. Hay que tener en cuenta que desde que se lanzaban las bombas hasta que llegaban al suelo, pasaban 30-40 segundos. Dada la compleja dinámica de caída de un objeto (la bomba) desde una altura de varios kilómetros, todo el éxito de la mira radicaba en soltar las bombas en el momento, a la altura, con la trayectoria y con la velocidad precisas. Solo en ese caso había ciertas garantías de dar en el blanco.

3.- En los momentos finales de aproximación, el estabilizador de la mira se hacía cargo del vuelo del bombardero, actuando como piloto automático, corrigiendo la trayectoria del avión de posibles desviaciones provocadas por cambios de viento, inestabilidades, etc., para asegurar que volaba en la trayectoria prefijada antes de soltar las bombas. Durante esta fase, el piloto dejaba los mandos del avión en manos del piloto automático de la mira, que era manejado por su operador, el bombardero. Dado que un avión en combate es una plataforma inestable, azotada por las turbulencias del aire o el fuego antiaéreo y estaba sujeta a posibles maniobras evasivas por parte del piloto, la óptica del visor de bombardeo debía estar aislada giroscópicamente de esos movimientos imprevisibles.

4.- En el tramo final de acercamiento al objetivo, la mira literalmente pilotaba el avión y trataba de mantenerlo en el curso fijado, actuando automáticamente sobre los estabilizadores horizontales, el timón de dirección y los flaps del avión para asegurar el vuelo en la dirección correcta. En el momento adecuado, el bombardero activaba un disparador automático de suelta de bombas, ya que a una velocidad de vuelo de ~ 300 km/h, un error en el disparo de sólo medio segundo haría que se desviara del objetivo en ~ 50 m. lo que afectaba drásticamente a la puntería y por lo tanto, a la efectividad de la acción de bombardeo.

5.- El éxito en el lanzamiento de una bomba pasaba por resolver un problema tridimensional de dos coordenadas espaciales (altura de vuelo + trayectoria) y una temporal (tiempo transcurrido desde el lanzamiento hasta el impacto). El bombardero debía ser dirigido a un punto preciso en el espacio y en el momento correcto para que la bomba lanzada impactara en el objetivo. Los parámetros de entrada a este problema son la velocidad del aire, la altitud sobre el objetivo, el viento y las características balísticas de la bomba que se iba a lanzar. El bombardero calculaba el punto en el espacio, en dos dimensiones, y el visor Norden dirigía el bombardero hacia ese punto. La mira compensaba los efectos del posible viento de cara, de cola o cruzado. El ordenador electromecánico de la mira calculaba continuamente el ángulo actual con respecto al objetivo a medida que el bombardero volaba hacia él, comparaba este ángulo con el ángulo de caída calculado previamente y lanzaba la bomba cuando estos dos ángulos coincidían. La imagen lo muestra en esquema:

Ecos de la Segunda Guerra Mundial: la mira de bombardeo Norden (un dispositivo tan caro como inútil)

Arriba: Secuencia de una acción de bombardeo con la mira Norden, desde que ésta fija el objetivo, hasta que las bombas alcanzan el blanco. Abajo: Para que el lanzamiento de una bomba tuviera éxito, había que resolver un problema tridimensional de coordenadas espaciales y temporales, tal y como muestra el dibujo de la parte inferior. Ver el texto para más detalles

 

En este vídeo de la época se puede apreciar la complejidad de operación del instrumento:

 

6.- Una vez arrojadas las bombas, el piloto del avión recuperaba el control del vuelo para volver a casa y esquivar a los posibles cazas enemigos.

En un próximo artículo describiré cómo fue la vida operativa de la mira Norden y alguna de sus misiones más llamativas

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