El cielo, Pablo, ¿era para tanto?

 El líder de Unidas Podemos y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, comparece ante los medios tras conocer el resultados de los comicios madrileños.- EFE
El líder de Unidas Podemos y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, comparece ante los medios tras conocer el resultados de los comicios madrileños.- EFE

Tenía razón Pablo Iglesias con que el cielo se conquista por asalto. Lo que pasa es que el cielo, ¿era para tanto? Estoy convencido de que sí. Pero, ¿qué opinan los ángeles y los demonios?

La discusión sobre el sexo de los ángeles está servida. La posibilidad de cambiar los elementos estructurales del neoliberalismo no pueden hacerse desde el Gobierno pero tampoco puede hacerse gran cosa fuera de las instituciones. A lo sumo, se pueden limitar algunos de sus efectos más dañinos y mejorar la vida de la gente. Que no es poco. Pero asaltar los cielos tenía una épica que no tienen las políticas públicas. Aunque sean las segundas las que mejoran las condiciones de vida de los que quieren emocionarse pero también tener casa, comida, trabajo, salud.

Los cielos siempre tienen fosos, almenas, murallas. Y un ejército. Cuando el poder piensa que puedes afectar a sus intereses, el poder empieza a dar zarpazos. Basta con que les asustes. Aunque no puedas hacerles daño. Si encima rompes de verdad sus fortificaciones, cuenta con que va a sacar todos sus cañones.

En España estaba prohibido que una fuerza política a la izquierda del Partido Socialista entrara en el Gobierno

En España estaba prohibido que una fuerza política a la izquierda del Partido Socialista entrara en el Gobierno. En España estaba prohibido que se tocara la figura del Rey. En España estaba prohibido que se fuera judicialmente contra el jefe de la patronal. En España estaba prohibido que se encarcelase a ministros. En España estaba prohibido que gobernasen los principales ayuntamientos de España fuerzas que no formaban parte del bipartidismo y sus adendas. En España estaba prohibido que el PSOE perdiera el control del feminismo. En España estaba permitido que se subiera el salario mínimo sin la autorización de la CEOE. En España estaba prohibido que se señalara a los medios de comunicación. En España estaba prohibido que se pusiera en la picota a los bancos.

Sacaron los cañones contra Podemos, contra Pablo Iglesias e incluso contra Pedro Sánchez cuando empezó a acercarse a Podemos. Cómo no le iba a quitar el sueño a Sánchez gobernar con Iglesias sabiendo que romper todas esas prohibiciones, y encima de la mano de Podemos, le iba a poner enfrente a los que ponen y quitan presidentes.

Pero el régimen del 78 ya hacía demasiadas aguas como para tapar las grietas con la cabeza cortada de Sánchez. Y se hizo finalmente el primer Gobierno de coalición de izquierdas en 80 años de la historia de España. Y se subió el salario mínimo. Y se plantó cara a las grandes empresas energéticas y se recordó que los bienes públicos son derechos, no mercancías y se igualaron los salarios de hombres y mujeres y se enfadaron los poderes económicos de España que siempre habían logrado sus objetivos cuando gobernaba el bipartidismo.

Podemos no se presentó a la alcaldía hace dos años para no competir con Carmena

Podemos tuvo momentos duros. El más duro, cuando Íñigo Errejón, a quien se le había encargado y dotado de recursos para encabezar la lista de la Comunidad de Madrid, formó un nuevo partido, más amable en su relación con el PSOE y Ciudadanos, que iba a recibir todos los apoyos mediáticos por ser la cuña que mejor podía golpear a Podemos por venir de su seno.

El proyecto de Errejón naufragó en España –sacó dos diputados-. Sin embargo, con la candidatura de Mónica García, una médica que lleva años haciendo política en Madrid, ha tenido más vuelo. Ha ayudado la ausencia de Podemos de la capital por la escisión de Errejón y de la alcaldesa Carmena -Podemos no se presentó a la alcaldía hace dos años para no competir con Carmena-, y también por el trato amable que han recibido en MM (nadie les ha preguntado, por ejemplo, por los cuatro concejales carmenistas que han roto con Más Madrid).

Más Madrid ha superado al PSOE. Queda abierto si esta formación, con voluntad regional, querrá sustituir al PSOE madrileño o estará dispuesto a confrontar las políticas neoliberales con todas sus consecuencias. Se han beneficiado de que el PSOE quería perder las elecciones en Madrid. De ahí la falta de firmeza de Gabilondo. Y el desencanto con el PSOE difícilmente podía ir a un Iglesias presentado como un monstruo.

Pero ha sido gracias a la firmeza del Podemos dirigido por Iglesias que se ha construido un nuevo bloque histórico donde se han encontrado la izquierda crítica, la izquierda socialdemócrata, las izquierdas vasca y catalana, otras izquierdas regionales y más gente que había perdido toda esperanza en la política. Todas y todos juntos han desafiado al bloque histórico que lleva mandando en España desde el siglo XIX, con su Rey, su bipartidismo, su iglesia, sus militares, su centralismo y su capitalismo clientelar y cortesano.

El cielo del gobierno de España se ha asaltado, ha habido importantes bajas en el camino, y queda abierta la pregunta de si el cielo era para tanto

Por eso el 100% de los medios han atacado a Podemos; por eso se fomentó la escisión de Errejón desde los medios; por eso Iglesias ha sido el político más atacado en los medios en la historia de España desde la II República.

El cielo del gobierno de España se ha asaltado, ha habido importantes bajas en el camino, y queda abierta la pregunta de si el cielo era para tanto.

Sin medios de comunicación afines al nuevo bloque histórico, y sin jueces dispuestos a cumplir con la Constitución, especialmente con sus artículos económicos, y a confrontar la guerra jurídica, es decir, dispuestos a confrontar a sus colegas de la judicatura, es muy difícil que una fuerza política que quiere superar los cuellos de botella del capitalismo financiero pueda cumplir la agenda postneoliberal. Y sin embargo, no le queda otra que seguir dando esa batalla.

Y para dar esa batalla, y en tanto no se dispongan de medios capaces de construir nuevas hegemonías –medios que son los altavoces de la guerra jurídica-, el esfuerzo pendiente de Podemos sigue siendo el partido-movimiento. Porque los mensajes en los medios no se consolidan igual si no hay comunidades que los reciban y los repitan en la cotidianeidad de los barrios y las ciudades.

Y aquí nos encontramos con la tensión nunca resuelta entre el liderazgo y una organización bien engrasada. En España, sin el liderazgo de Iglesias nunca se hubiera creado ese nuevo bloque histórico. Pero por eso mismo, su salida deja a Podemos con el reto de mantener vivo el espíritu de lo creado bajo su dirección. Ese espíritu puede resumirse como el de una fuerza política con mucha audacia y que no le ha tenido miedo al poder. Y que por eso ha recibido tantos ataques, amenazas, querellas, agresiones e insultos.

La salida de Iglesias de los cargos políticos, incluidos los internos dentro de Podemos, necesariamente horizontaliza la ejecutiva y la hace más importante en su gestión política. Al no estar ya la figura sobre la que pivotaba la organización, no queda otra que hacer del órgano colegiado el órgano director de las tareas tanto del partido como del desempeño de los cargos institucionales.

Iglesias deja a Unidas Podemos en el Gobierno de España y con una sucesión interna de claro componente femenino. En el horizonte cercano, la desaparición de Ciudadanos y la inclinación a la derecha del PP, que regresa a las maneras de la Alianza Popular de Fraga, permite augurar una temporada larga donde el único gobierno posible de España es la coalición del PSOE con Unidas Podemos.

Pablo Iglesias deja la política institucional y regresa al asalto a los cielos. Un cielo que, en esta etapa, tendrá más de El Show de Truman que de El cielo puede esperar. Porque cuando ya has conocido el cielo, no se te escapa que el cielo apenas es una versión digital del infierno. Tengo la sensación de que Iglesias regresa a la política.