Memento

Frente al bulo, el BOE

El Boletín Oficial del Estado en una imagen de archivo.
El Boletín Oficial del Estado en una imagen de archivo.

En mi último artículo ya hablé de que se está generando un debate sobre cómo combatir la estrategia de bulos y fango de la extrema derecha. Se dice mucho que deberíamos rebajarnos a su nivel, tener influencers de izquierda que atraigan al público más joven y dejarnos de tanta pedagogía y buenismo ante lo agotador que es debatir contra muros y mentes completamente absortas por el discurso reaccionario. Ahora se ha añadido un punto más al debate y son las medidas que anunció el presidente Pedro Sánchez en su entrevista del pasado lunes en la Cadena SER contra los pseudomedios. Todo suma, pero si en mi anterior escrito hablaba de la necesidad de huir de hiperliderazgos que la historia ha demostrado que nunca acaban bien, ahora creo que es importante destacar la mejor herramienta que se tiene contra los bulos: el BOE. A lo mejor el PSOE y los partidos a su izquierda deberían empezar por cumplir con sus programas y con sus promesas electorales y así el descontento sería menor y escaparía menos voto hacia fuerzas sin programa ni propuestas.  

Porque a la extrema derecha se le pueden reprochar muchas cosas, pero hay una que sin duda no: cumplen con lo que prometen. Un claro ejemplo es el gobierno valenciano. Si el tripartito del Botànic dejó mucho por hacer tras 8 años de mandato y muchas otras propuestas las hicieron a medias para no molestar, o tras un continuo diálogo porque la moralidad izquierdista no quiere que se enfade nadie, en poco más de un año de gobierno del PP con VOX han arrasado con todos los avances progresistas, han eliminado carril bici y han devuelto carriles al vehículo privado, se han cargado líneas en valenciano de las aulas, han reducido el número de profesores, han puesto en marcha su idea de distrito único escolar que segrega todavía más... Por no hablar de la batalla cultural, de cómo han eliminado las banderas del colectivo LGTBI, de cómo no comparten minuto de silencio ni pancarta tras asesinatos machistas, cómo han liquidado las leyes de memoria histórica, cómo han aumentado las subvenciones a festejos taurinos o cómo contratan artistas de su cuerda para los conciertos con dinero público, aunque no vendan entradas ni interesen lo más mínimo. Política de tierra quemada. Está bien buscar consensos, pero insisto: contra muros solo chocas, no avanzas.  

Lo mismo sucede con el gobierno central. Si vuelve el PP al Gobierno y lo hace con VOX, ¿cuánto creéis que tardarían en cambiar la reforma laboral pese a sus buenos resultados? ¿Pensáis que no renovarían el CGPJ en pocos días importándole bien poco el consenso? ¿Qué no harían leyes más represivas tanto contra manifestantes como contra migrantes? Recordemos que la guerra de Irak generó un rechazo sin precedentes entre la población española y se la trajo al pairo al presidente Aznar. Lo mismo harían con otras propuestas por mucho que generen descontento. Si están subvencionando sin reparos a periodistas afines que solo generan bulos y aprovechándose de la judicatura para fiscalizar todo, ¿cómo no van a entrar a la Moncloa como un miura dispuesto a arrasar con todo y canalizar ese odio que llevan acumulado en jodernos a los que no pensamos como ellos? Pero si gobiernan los progresistas deben meter los pies en la piscina poco a poco. No vaya a ser que el agua esté fría y les dé un corte de digestión. Hablemos con la Patronal, con la extrema derecha, con el Papa de Roma y con nuestros verdugos. A ver si les parece bien que sigamos respirando.  

Esta semana se han suicidado dos hermanas que iban a ser desahuciadas en Barcelona. No es nada nuevo por desgracia. Mientras aumentan los pisos turísticos, se encarecen los precios a niveles más altos que en la burbuja de 2008 y las ciudades son platós para que los turistas se hagan fotos. ¿Por qué el Gobierno no hace nada? ¿Por si enfada a un fondo buitre? ¿A un promotor inmobiliario? ¿Por si la derecha le acusa de censor y dictador? Si ya lo hacen. Poned el BOE a funcionar y mejorar la vida de los barrios y de las personas. Veréis que no hacen tanto caso a los Alvise de turno que les dicen que quienes le joden la vida son los migrantes que llegan en patera. Señalad a los grandes propietarios como aquellos que les echan de sus barrios y poned coto a su acumulación de vivienda y un límite al precio. Veréis cómo no se marcha tanto votante a esos discursos emocionales y vacuos de la extrema derecha. 


También hace una semana el Supremo confirmó la condena de tres años y medios de cárcel a las sindicalistas de CNT conocidas como las seis de la Suiza. Una pena por el simple hecho de hacer sindicalismo. ¿Por qué en lugar de renovar el CGPJ en consenso con el PP no se trabaja en una ley que no permita la imparcialidad judicial? ¿Por qué no se promueven becas y ayudas que permitan acceder a la judicatura a personas con bajos ingresos? Si el PP no tuvo reparos en instar la inhabilitación a Garzón mientras investigaba la Gürtel, ¿por qué jueces claramente parciales y nocivos como García Castellón pueden hacer lo que quieran? O sin ir tan lejos, ¿por qué carajo no se ha cumplido todavía la promesa de derogar la ley mordaza? Están viendo que ellos no tienen reparos. Que mientras la Ley de amnistía se ha utilizado rápidamente para perdonar a 46 policías, van a demorar al máximo otros perdones o, como dice el juez Joaquín Aguirre, tumbarla. Pero cada vez que se habla de lawfare es con la boca chiquitita y, si genera revuelo, se pide perdón. 

Ellos entran a la casa con una patada en la puerta y la izquierda pide permiso, aunque la vivienda sea suya. Si no se aprovecha el Gobierno, se legisla para la mayoría y se cumple con el programa, el desencanto irá en aumento y será imposible frenar la ola reaccionaria que apela a lo sentimental y a lo banal. Y, tal vez, suceda como en Reino Unido y tengamos 14 años de gobiernos conservadores con el aliciente de que la extrema derecha está más fuerte que nunca. Y cuando consiga volver un gobierno medianamente progresista, el espectro ideológico se habrá escorado tanto a la derecha que consensos que creíamos afianzados, habrán desaparecido y tocará volver a conquistar unos mínimos. Así que la única manera que tiene la izquierda institucional de frenar los bulos es mediante el BOE. El odio, la mentira y las acusaciones de dictadura no van a frenar hagan lo que hagan, así que aprovechen y cumplan sus promesas. Por una vez, gobiernen sin miedos. Está en juego el futuro, que no es poco.   

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