Otras miradas

Sumar, el 15% y la Ley Electoral: un trío que no termina de entenderse

Alejandro Solís Rodríguez

Politólogo

Sumar, el 15% y la Ley Electoral: un trío que no termina de entenderse
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 20 de abril de 2023, en Madrid (España). Jesús Hellín / Europa Press

Desde que Yolanda Díaz anunció en Magariños su candidatura a la Presidencia del Gobierno de España, rodeada de alguno de los principales dirigentes de las formaciones políticas que tienen intención de formar parte de Sumar –y ante la ausencia de Podemos–, ha comenzado un debate en algunos de los principales medios de comunicación de este país en torno a la importancia de que Sumar le arrebate la tercera posición a Vox en las próximas elecciones para que la izquierda pueda revalidar el Gobierno de coalición.

En teoría, esto serviría para que la izquierda pudiera maximizar sus opciones debido a las características de nuestro sistema electoral, que, aunque tiene un umbral legal del 3% de los votos en cada circunscripción para optar al reparto de escaños, el umbral efectivo –el que realmente opera a la hora de aplicar el método de asignación de escaños, que, en nuestro caso, es la fórmula D’Hondt– en algunas circunscripciones llega a situarse por encima del 15% de los votos. Una barrera que, en España, resulta fundamental superar a la hora de ser eficiente en el reparto de escaños, puesto que por debajo de ella, suele haber una penalización importante.

De esta manera, la importancia de que Sumar supere a Vox en las próximas elecciones generales y, más aún, se sitúe por encima del 15% de los votos, radicaría en la ventaja que le otorgaría frente al partido de Santiago Abascal, la cual podría ser crucial en la disputa de algunos escaños en las provincias más pequeñas. Ahora bien, el apoyo a los partidos políticos no se distribuye de forma homogénea por todo el territorio, sino que, aunque un partido obtenga un 15% de los votos, su apoyo en algunas circunscripciones es menor y en otras es mayor. De hecho, esta es la tónica general. Todos los partidos políticos tienen sus ‘feudos’, como el PSOE en Andalucía o el PP en Castilla y León.

En su caso, Unidas Podemos obtuvo más votos en 2019 en las grandes ciudades, como Barcelona, Madrid o Valencia, mientras que, en las provincias del interior, especialmente en Castilla y León o Castilla-La Mancha, su apoyo fue menor. Ahora bien, estas son algunas de las provincias donde el sistema electoral en España suele adoptar un sesgo mayoritario, siendo esta la razón por la que ha perjudicado sistemáticamente a Unidas Podemos.

Aunque hay quién cree que esto se debe únicamente a la mal llamada ‘Ley D’Hondt’ o a la circunscripción provincial, es también importante el número de escaños mínimos asignados a cada provincia, que está fijado en dos. Esto genera una serie de desviaciones que provocan que no sólo el sistema electoral favorezca a los partidos mayoritarios –que, habitualmente, han sido el PSOE y el PP–, sino también a los partidos que obtienen una mayor cuota de voto en el interior de España, puesto que, a pesar de contar con una baja población, el mínimo de dos escaños provoca que estas zonas estén sobrerrepresentadas.

De esta manera, algunas provincias como Soria –que tiene dos escaños–, Segovia o Teruel –que tienen tres escaños– están sobrerrepresentadas, puesto que si el criterio para asignar los escaños a cada provincia fuera puramente poblacional, estas provincias tendrían asignados aún menos escaños. A su vez, las provincias más pobladas de nuestro país –que también son las que cuentan con más escaños–, como Madrid, Barcelona o Valencia, están infrarrepresentadas. Esto se observa cada vez que acudimos a las urnas, puesto que para obtener un escaño en Madrid o Barcelona hacen falta más de 100.000 votos, mientras que para obtenerlo en Soria, Segovia o Teruel hacen falta algo menos de 40.000 votos.

Por lo tanto, quién obtenga votos en estas provincias será más eficiente en el reparto de escaños que quién lo haga en las grandes ciudades, donde el escaño cuesta más votos. Es decir, que no sólo es necesario superar la barrera del 15% de los votos para ser eficiente en el reparto de escaños, sino hacerlo, al menos, en todas las provincias posibles, logrando que los votos se encuentren repartidos de la manera más homogénea posible.

Esta es la razón por la que a Unidas Podemos le ha perjudicado sistemáticamente el sistema electoral y al PP y al PSOE no, porque estos sí obtienen una importante cantidad de votos en las provincias de la España interior, que están sobrerrepresentadas. Y a Sumar, si no es capaz de corregirlo, le ocurrirá igual.

Para verlo más claramente sólo hay que fijarse en lo que le ocurrió a la formación morada en las elecciones del 26-J de 2016, cuando con un 21,1% de los votos sólo obtuvo un 20,2% de los escaños del Congreso de los Diputados. Es decir, no obtuvo todos los escaños que le hubieran correspondido. Por el contrario, el PP, con un 16,7% de los votos en las elecciones del 28-A de 2019, obtuvo un 18,8% de los escaños del Congreso de los Diputados. Dicho de otra manera, más escaños de los que le hubieran correspondido. Esto se debe al hecho de que el PP –al contrario que Unidas Podemos y, probablemente, Sumar– sí es competitivo en las provincias de la España interior, que están sobrerrepresentadas.

Por este motivo, no se trata únicamente de que Sumar sea capaz de arrebatarle la tercera posición a la formación de Santiago Abascal, superando así el 15% de los votos, sino de que consiga penetrar en estas circunscripciones, algo que, para desgracia del Gobierno de coalición, sólo sería capaz de hacerlo a costa del PSOE. Por lo tanto, ¿cuál es la solución?

La encuesta que SigmaDos sacó a la luz hace unos días, en la que incluye a Sumar y a Podemos, sirve para ilustrar una posible solución. Según su estimación, Sumar y Podemos en coalición, con un 16,3% de los votos, obtendrían 45 escaños. Por su parte, Vox, con un 13,9% de los votos, se haría con 40 escaños. Una diferencia de casi dos puntos y medio que, a pesar de ello, sólo supondría cinco escaños de diferencia.

Sin embargo, la distribución territorial –es decir, la manera en la que se distribuyen los votos– del 16,3% de Sumar o del 13,9% de VOX es algo que no sabemos. Ahora bien, haciendo una reestimación de los datos de SigmaDos, pero asumiendo que la distribución territorial de Sumar será similar a la de Unidas Podemos en las últimas elecciones, el resultado sería algo distinto. En este escenario, tanto Sumar como VOX, a pesar de la diferencia de votos, se situarían en los 44 escaños.

Sumar, el 15% y la Ley Electoral: un trío que no termina de entenderse
Distribución de escaños en el Congreso de los Diputados a partir de una reestimación de los datos de la encuesta de SigmaDos según la distribución territorial del 10-N.

En este sentido, en una entrevista a Yolanda Díaz en elDiario.es hace muchos meses se habló de una posible solución a este problema al preguntarle a la líder de Sumar sobre la posibilidad de que el PSOE y Sumar fueran juntos en las listas en según qué circunscripciones. Aunque este es un escenario ficticio –y, por supuesto, muy improbable– ilustra cómo solventar el problema que tiene una parte de la izquierda penetrando en estas circunscripciones. Por lo tanto, ¿qué ocurriría, a partir de los datos de la encuesta de SigmaDos, si esto se llevase a la práctica?

Asumiendo que este pacto entre el PSOE y Sumar sólo se llevase a cabo en las provincias de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Huesca, Teruel, Lugo y Ourense, que son algunas de las provincias con menos escaños por circunscripción –aunque no todas–, la diferencia sería muy significativa.

Esta unión permitiría arrebatarle siete escaños al PP y a uno a Vox, que irían a parar a la izquierda, puesto que evitaría que los votos de Sumar, que no obtendrían representación en ninguna de estas circunscripciones, se fueran a la basura. En ambos escenarios se muestran con un borde negro los escaños que obtendría el PSOE en solitario y el PSOE y Sumar en estas provincias, pasando de 24 a 32. Por lo tanto, el bloque de la derecha perdería la mayoría absoluta al pasar de 178 a 170 escaños. Esto, en un contexto donde el futuro del Gobierno de coalición se decidirá por un estrecho margen, podría ser decisivo.

Sumar, el 15% y la Ley Electoral: un trío que no termina de entenderse
Distribución de escaños en el Congreso de los Diputados a partir de una reestimación de los datos de la encuesta de SigmaDos según la distribución territorial del 10-N, pero asumiendo una lista conjunta entre Sumar y el PSOE en algunas provincias del interior de España.

A fin de cuentas, esto no es más que una propuesta ficticia que, aunque no se materialice, sirve para ilustrar la importancia que tendrá el hecho de que Sumar sea capaz de penetrar en aquellas zonas donde Unidas Podemos no fue capaz, y no sólo la posición en la que acabe o si se sitúa por encima del 15% de los votos. La posibilidad de que en las circunscripciones más pequeñas sólo haya una papeleta de la izquierda es remota. Sin embargo, sirve para ilustrar la importancia de conocer al detalle las reglas que rigen las elecciones en nuestro país para no perder escaños. Las próximas elecciones serán un todo o nada para la izquierda y, sobre todo, un plebiscito para el Gobierno de coalición, no para los partidos que lo conforman.

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