Otras miradas

Almeida, el Manzanares es un río, no una verbena

Agustín Moreno

Activista de Ecologistas en Acción

Varias personas protestan durante una manifestación contra la celebración de la mascletà madrileña, en el Puente del Rey de Madrid Río, a 18 de febrero de 2024, en Madrid (España).- Juan Barbosa / Europa Press
Varias personas protestan durante una manifestación contra la celebración de la mascletà madrileña, en el Puente del Rey de Madrid Río, a 18 de febrero de 2024, en Madrid (España).- Juan Barbosa / Europa Press

Almeida lo vuelve a hacer. El Ayuntamiento de Madrid quiere poner en marcha un proyecto de iluminación sobre un tramo de 560 metros del río Manzanares (entre los puentes de Andorra y Oblicuo), con un coste de 947.000 euros y con 61 grandes focos que iluminarían con luces de colores el interior del cauce del río durante la noche. En su propaganda, el Ayuntamiento habla de generar espectáculos de luz, celebraciones y fechas señaladas. Intenta venderlo hablando de "seguridad" para los vecinos, cuando Madrid Río está ya iluminado y la novedad sería meter los focos en el propio cauce. Y deja abierta la posibilidad de ampliaciones futuras.  

La naturaleza tiene ciclos que cumplen una función, como las estaciones, el día y la noche, el frío y el calor. Alterarlos tiene consecuencias. Por ello, este proyecto, que es permanente, es una amenaza porque no es respetuoso con todos los seres vivos que habitan el río. Especialmente para las aves, que duermen una media de horas parecida a la de los humanos. No dormir, altera sus ciclos vitales, puede afectar a la reproducción, generar enfermedades, estrés, comportamientos extraños y la huida de la zona.  

El río Manzanares se renaturalizó en 2016 por un proyecto de Ecologistas en Acción que regaló a la ciudad de Madrid. Con la apertura de las compuertas, la vida volvió a fluir, se formaron islas y barras de arena que se llenaron de árboles y de todo tipo de vegetación. Se produjo una explosión de biodiversidad tal, que se han inventariado 121 especies de aves, así como fauna piscícola, mamíferos, reptiles, anfibios, insectos, etc. La naturaleza volvió por sus fueros. El río dejó de ser una serie de piscinas de aguas oscuras, malolientes y llenas de mosquitos por el absurdo sueño de querer convertirlo en el Sena, cuando es un río modesto, pero de gran belleza y riqueza medioambiental si se le deja ser el mismo. 

La renaturalización del Manzanares ha tenido un gran éxito medioambiental, social, cultural y educativo. Se disfruta a diario por miles de personas y es un modelo que está siendo seguido en una veintena de ciudades del país. También tiene un gran potencial educativo: el próximo 5 de junio se presentará en el Puente del Rey (19h) la Guía Didáctica, "El río Manzanares a su paso por Madrid", que explica la renaturalización y aporta numerosas fichas para el trabajo de los grupos escolares que realicen recorridos. 


En este contexto, el proyecto de focos de luz de colores sobre el río es, además de disparatado, un atentado ecológico. La fauna y la flora son seres vivos que hay que respetar. Para que lo entienda el alcalde Almeida: convertir la joya medioambiental que es hoy el río Manzanares en una verbena solo se le puede ocurrir al que asó la manteca.  

Tamaño despropósito debe tener alguna explicación. Se me ocurren dos. Por un lado, el desprecio a la naturaleza, que supone no tenerla respeto. Parece que esta derecha no tiene ninguna sensibilidad medioambiental, porque llueve sobre mojado. Es el segundo atentado al río que se prepara en seis meses: el anterior fue la mascletá en la que se empeñó Martínez Almeida en febrero, otro hecho absurdo y negativo. Es la misma falta de sensibilidad demostrada con la brutal tala de cientos de árboles por ser incapaces de compatibilizar la construcción de la línea 11 de Metro con la protección del arbolado. Como dato significativo: Madrid ha perdido 3.532 árboles en 2023 respecto al año anterior.  

Por otro lado, esto pasa cuando se considera a la naturaleza un espacio para la depredación y la explotación económica. Es el modelo del PP de ciudad del business y contra la ciudadanía. Hay muchos ejemplos: la "macroverbena" del Espacio Delicias en suelo público dotacional, los pisos turísticos sin ningún control, las cocinas industriales, la privatización del parque Tierno Galván para eventos musicales, la uberización, las multinacionales del reparto a domicilio, las casas de apuestas... Gentrificación, cambios del uso del suelo y apoderamiento del espacio urbano para su mercantilización. Para esta derecha, es ridículo todo lo que no sea sacar dinero. Y se produce una oscura comunión de intereses entre élite política y oligarquía urbana que convierten la ciudad que debería ser de todos en la de unos pocos. En este proyecto de focos sobre el Manzanares, como en tantos otros del Ayuntamiento de Madrid, habría que seguir la pista del dinero, para ver quién se beneficia y las relaciones tentaculares entre política y negocio.   


Por todo lo anterior, se pide la paralización de este dislate desde Ecologistas en Acción, ornitólogos, toda la oposición del Ayuntamiento de Madrid, y desde un amplio sentir ciudadano expresado por decenas de miles de firmas (se recogieron 20.000 en un solo día). Es un proyecto dañino, innecesario y una horterada cateta de estética entre Disney y club de alterne.  

Para terminar, una sugerencia al alcalde: puestos a gastarse el dinero en luces, empiece por la Cañada Real, donde 4.000 personas están en una situación tercermundista por su incapacidad, y la de Ayuso, de darles una solución. Por favor, respeten y dejen en paz al Manzanares. Y si quieren que el río, su fauna y la ciudadanía se lo agradezcan, por la noche apaguen la luz. 

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