Otras miradas

Carta al común de los mortales

Alba García Martín

Sumar Mugimendua

Carta al común de los mortales
Imagen de Pixaby

¿Tienes varias propiedades en alquiler? ¿Eres dueño o dueña de un edificio? ¿Vives con ingresos mensuales por encima de la media que proceden de alquilar varias propiedades sin hacer demasiado esfuerzo?

Lo común es que la respuesta a estas preguntas sea negativa. En 2022, sólo el 15,66% de los hogares de todo el estado recibieron rentas por el alquiler de una propiedad, y de ese porcentaje, un 9,46% ganó más de 1.000 € mensuales por el alquiler de una propiedad y el 90,54% ingresó al mes menos de esta cantidad.

Esto significa que la inmensa mayoría de los mortales adultos no somos caseros. La mayoría de los mortales no vivimos de las rentas. La mayoría de la gente trabajadora invertimos gran parte de nuestro sueldo en pagar el alquiler o la hipoteca, y por tanto todo lo que se regule en materia de vivienda nos interesa.

Hace unos días una jugarreta fea de Junts en el Congreso de los Diputados, votando junto con el PP y VOX en contra de una iniciativa promovida por los Sindicatos de Inquilinas para reformar la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), tumbó la posibilidad de dar respuesta a la necesidad urgente de limitar la especulación y el fraude que se da en con los alquileres temporales y por habitación. Esta especulación y fraude afecta de manera directa en que la gente podamos acceder a una vivienda en alquiler. ¿Y eso por qué? porque muchos propietarios están transformando sus viviendas para alquilarlas por habitaciones, porque así se saca más rentabilidad.  Y por eso era tan importante admitir a trámite la ley que tumbaron, porque era un paso importante y crucial en la bajada de los precios de la vivienda. En la actualidad te pueden echar de tu casa en junio para poder alquilarla a turistas en verano y sacarle mucho más partido. O pueden subir el alquiler de la habitación en la que vives sin control porque no le aplica la ley de vivienda al tratarse de una vivienda turística.

El PP, VOX y Junts demuestran cada día para quién hacen política. Para ese pequeño porcentaje de la sociedad, los grandes propietarios, los que se están haciendo ricos a base de comprar nuestros barrios y ciudades para después poner las viviendas en alquiler turístico, para los grandes tenedores que se forran a costa de exprimir los salarios de las clases trabajadoras. Sólo hay que mirar los datos, los pisos turísticos crecieron -según datos del INE-  a finales del 2023 en un 9,3% en el conjunto del estado, y esos pisos no son propiedad de una pareja joven que heredó el piso de la abuela, son propiedad de grandes tenedores que han profesionalizado el alquiler de viviendas.

De sacar más rentabilidad a la vivienda en propiedad es de lo que tenemos que hablar. Se lleva tanto tiempo haciendo negocio con un derecho que lo hemos interiorizado. Hemos interiorizado que hacer negocio con lo más básico que hay que es tener un hogar sea lícito. Y no puede serlo cuando estamos en una situación dramática en la que hay generaciones condenadas al abuso en el pago del alquiler porque jamás podrán juntar dinero para la entrada de un piso, o generaciones condenadas a irse de casa de sus padres más allá de los 30 porque no hay quien pague una habitación. Generaciones que estamos aprendiendo a vivir con la incertidumbre y la angustia en lo que se refiere a crear un hogar. Generaciones a las que no se nos ofrece asequibilidad en la vivienda, y ahí radica todo el problema.

¿Y acaso hay algo más básico que tu casa? ¿Acaso hay algo que vaya antes que tener un techo, un refugio y un lugar desde lo que orbita todo lo demás?

Esto es en lo que tenemos que pensar, en que, sin una casa, sin un hogar, no se puede hacer nada más en la vida. La casa es lo primero y lo fundamental, es la condición de posibilidad para la vida. Para estudiar, para cuidar, para quererse, para prepararse para un trabajo, para criar...la vivienda es el centro de todo.

Y sin embargo curiosamente lo que ha estado siempre en el centro de todo en las políticas de vivienda ha sido el hacer negocio con ella, al margen de los malestares, las injusticias y los dramas que genera.

¿Y qué hacemos con todo esto? pues ahí está el Partido Socialista desde el Ministerio pidiéndoles solidaridad a los caseros. ¡Claro que sí! porque de eso va la cosa para ellos, de dar pena y pedir clemencia.

Para nosotras la cosa va de hacer políticas valientes, de aumentar el parque público de vivienda en alquiler y en compra, de que haya alquileres asequibles y alquileres sociales. Va de mover la vivienda deshabitada y hacer que se paguen los cánones por vivienda vacía.

Este drama no se va a solucionar pidiéndoles por favor a los caseros que sean solidarios con los inquilinos, ni se va a solucionar con otro ladrillazo para que suban de nuevo los precios, que de esto también hay datos y tenemos referencias de lo que pasó en el 2008 con la burbuja inmobiliaria. Esto se soluciona poniéndole cabeza, topando precios y cumpliendo la ley, y creyéndonos de una vez que la vivienda es y tiene que ser un derecho.

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