Otras miradas

El Palantir del invierno y el apocalipsis que no llega.

Guillermo Zapata

Guionista y escritor

Saruman con un Palantir en 'El Señor de los Anillos'.
Saruman con un Palantir en 'El Señor de los Anillos'.

Según datos del Consejo General del Poder Judicial en el año 2022 ha habido 22.000 desahucios en España. La mayor parte de ellos se deben a impagos de alquiler.

El pasado jueves, 29 de diciembre, Rodriguez Feijóo hizo su balance del año y dijo lo siguiente: "Somos la última economía de la Unión Europea. Esta es un legislatura perdida, España es más pobre hoy y está más endeudada que en 2018". Es un dato falso que los medios que cubrieron en directo su comparecencia no matizaron, sino que reprodujeron tal cual en hilos de twitter cuya función no era mirar por la ventana y ver si llovía o no, sino reproducir el parte del tiempo del poder de turno. Medios que, en la velocidad de las redes, perdieron su función.

De todas formas nadie (o casi nadie) creyó a Feijóo. O al menos le creyó muchísima menos gente de la que le habría creído hace unos meses. El politólogo Daniel Vicente Guisado lleva unas semanas analizando el liderazgo de Feijóo a través de distintas encuestas y los datos nos dicen que la caída de popularidad es bastante transversal. Cae en los votantes progresistas y cae entre sus propios votantes, aunque consigue fidelizar al votante tradicional del PP. Aquí tenéis más información al respecto.

Las constantes llamadas a un apocalipsis que no llega pueden tener algo que ver.

Un Palantir es un artefacto mágico inventado por JRR Tolkien para sus historias de la Tierra Media y tiene un papel fundamental en la trilogía de "El Señor de los Anillos". El Palantir es una mezcla entre la clásica bola mágica de mago, un teléfono móvil de última generación y una tele. Sirve para comunicarse y para que te muestre cosas que están distantes, aunque quizás su característica fundamental es que falla más que una escopeta de feria.

Saruman, por ejemplo, se pasa del lado del bien al del mal al ver los ejércitos poderosísimos que puede convocar Sauron. Una imágenes que el propio Sauron le está mostrando a través del Palantir. Es en la obsesión por el apocalipsis, la imposibilidad del triunfo del bien y la seducción del poder del adversario dónde Saruman cae, proporciona buena parte del ejercito que Sauron necesita y, a la postre, acelera su propia destrucción. Pero esto no es nada. Tras caer Saruman en la batalla de Isengard, el Palantir queda protegido por Gandalf y los restos de la compañía del anillo (ya disuelta, pero para entendernos). Una noche, Pippin, uno de los cuatro Hobbits de la aventura, coge el Palantir para mirar por el artefacto, el resultado es que Sauron conecta con él y piensa que Pippin es, en realidad, Frodo, con lo que se despista de dónde está su auténtico adversario.

Esta mezcla de producción de imágenes apocalípticas y errores de percepción y juicio, cuando no directas mentiras tiene ciertos ecos con la relación que los medios de comunicación han producido este invierno. Hablar de producción de pánico es quedarse corto. El pánico, lejos de servir como acicate movilizador (la única gran movilización de estos últimos meses ha sido para defender la sanidad pública en Madrid) produce el efecto contrario, la sensación de impotencia y desesperación, la búsqueda de salidas rápidas e individuales, la angustia y el sálvese quién pueda. Desactiva la confianza en el conjunto de la sociedad a la que ya no se percibe como posibles aliados, sino como competidores ante unos recursos inaccesibles o mermados. Pero también parte de que somos tontos y no conocemos nuestras vidas y sus problemas, cuales son nuestras fuentes de angustia y cuales no, qué cosas nos lo ponen más fácil y cuales nos están jodiendo, para entendernos.

El problema es que lo que "los Palantires del invierno" nos dijeron no se ha cumplido. Pero un problema aún más serio es que se han cumplido otro montón de cosas. Por ejemplo, 22.000 desahucios, principalmente debidos a la subida de los alquileres.

Pensar que las derechas son las únicas abonadas al Palantir es un error. La pelea contra el apocalipsis es más fácil cuanto más falso es el relato y más fuerte suenan las trompetas del juicio final, pero también produce una suerte de empate. Si tú gritas "recesión" y no hay recesión, no has resuelto el problema, has desvelado la mentira, pero te estás dejando fuera realidades igual de graves a las que atiendes menos porque es verdadera adicción la que produce el Palantir.  Pero no podemos olvidar que la buena salud del gobierno depende exclusivamente de las herramientas que pone en marcha para proteger al conjunto de la sociedad. Cada decreto que mantiene y amplia el "escudo social", cada tope a un bien básico sobre el que se está especulando, es la forma de romper con esas falacias narrativas.

El Palantir del Invierno también atravesó a los espacios del cambio. La aprobación de la reforma laboral estuvo a punto de embarracar hace un año en el Parlamento por la ruptura del bloque de investidura y la acción desinteresada de unos transfugas mentirosos. En las semanas previas a la votación se produjo un trampantojo por el cual, las conquistas que hacía apenas un año eran imposibles, hoy eran pírricas y deprimentes. Un año después creo que aquellas trompetas también estaban tocando una sinfonía que no servía para medir los límites y las potencias de un hecho, sino para imponerle una narración de derrota a una conquista social de primer orden.

Cuidémonos de los Palantires, de las bolas mágicas que nos ofrecen imágenes perturbadoras, de las trompetas del apocalipsis, porque siempre obedecen a algún poder. O al menos dediquemos ciertos esfuerzos en 2023 a desactivar esos artefactos que se nos presentan como espejos y son teatros.

Feliz año.

Pd.- Según datos del Consejo General del Poder Judicial en el año 2022 ha habido 22.000 desahucios en España. La mayor parte de ellos se deben a impagos de alquiler.

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