Punto y seguido

La reelección de Netanyahu cambia las reglas del juego

"Las personas no renuncian nunca a sus libertades, salvo bajo el engaño de una ilusión". Edmund Burke

El miedo y un agresivo nacionalismo tribal, que siempre es racista, han sido los dos principales recursos que Benjamín Netanyahu (BN) utilizó en la recta final de las elecciones, remontando la desventaja apuntada por las encuestas, una vez que la recurrente "amenaza iraní" dejó de darle votos a beneficio de opciones que reflejaban los problemas sociales. Prometió a la ultraderecha ortodoxa extender los asentamientos ilegales e impedir la creación de un Estado Palestino si se apresuraba a votar, metiéndole miedo con que los árabes compatriotas, esa quinta columna, estaban "acudiendo en masa a las urnas como manadas", dijo literalmente. Antes, Avigdor Lieberman, el ministro de Exteriores, proponía decapitar con hacha a los árabes israelíes no leales, al puro estilo de sus colegas del Estado Islámico.

Que BN consiguiera desviar la atención de una parte del electorado del peligro real del "fuego amigo", apelando a la fe y a la inexistente amenaza externa, muestra hasta qué punto aún y a estas alturas de la civilización humana, la razón, el sentido común, el pan y la paz pueden ser vencidos por enemigos imaginarios y falsos amigos. "Una mentira repetida mil veces se convierte en realidad", decía otro maestro de la manipulación.

A esta dramática situación contribuyó la falta de unión entre la izquierda judía y los demócratas árabes israelíes. Éstos consiguieron 17 escaños, 5 más que en 2013, convirtiéndose en la tercera fuerza del Knesset, a pesar de que el gobierno cambiara la ley electoral para expulsarles del parlamento: "No querías caldo, pues toma dos tazas".

Una compleja realidad social

¿Cómo la llamada "única democracia de Oriente Próximo" ha votado libremente al judaísmo supremacista blanco,  al extremismo político-religioso belicista, a la matanza de civiles del otro lado del Muro del Apartheid, y ha dicho NO a la paz y mejoras sociales? Una gran mayoría de los israelíes apoyaron la masacre de los civiles palestinos en la "Operación Borde de Protección" del verano del 2014.

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En cambio, los pueblos del resto de los países de la región, salvo algunos como Turquía o Líbano, que carecen de derecho a elegir a sus mandatarios, son acusados por la destacada prensa occidental de "detestar la democracia". Comparen las elecciones israelíes con las presidenciales de Irán del 2009: millones de ciudadanos ignoraron el riesgo de una dura represión, y con el lema de  ¡No! a más Ahmadineyad ocuparon las calles en protesta por el fraude electoral organizado por el establishment islámico que ni les permitía optar por el mal menor de los candidatos oficiales. Querían paz y democracia económica y política, ni demagogia ni entrar en guerra con el mundo entero. El periodista israelí Gedeón Levi escribió que Israel debe celebrar otras elecciones, no para elegir a un nuevo líder, sino a un pueblo diferente.

Nuevo escenario sin la "hoja de parra"

"Que no habrá Estado Palestino" va más allá de una  declaración electoralista de Netanyahu: fue un ataque de sinceridad. El mercado de valores de Israel se equivocó al permanecer indiferente ante la cuarta victoria de BN, por no considerar sus costos a medio y largo plazo y confundir su continuidad en el poder con la estabilidad. Esta declaración ha cambiado la postura de otros actores del escenario, colocándoles ante una situación cualitativamente distinta. Veamos:

1) En Israel: La polarización social entre ricos y pobres, judíos y árabes se intensifica. Que el escritor  Yonatan Geffen  dijera que "El 17 de marzo es la Nakba para el campo de la paz", "una tragedia para el propio Israel", y que horas después fuese atacado por unos individuos en la puerta de su casa en Tel Aviv es solo una expresión de la tensión social. Tener en cuenta que a pesar de su pose triunfalista, el 77% del electorado no votó a Netanyahu, y dos principales factores podrán impedir la estabilidad de la coalición que liderada: primero, la propia naturaleza del régimen capitalista de los magnates que incapacita a sus gestores paliar la crisis económica y poner fin a las crecientes movilizaciones sociales; y el segundo, porque Netanyahu tiene que elegir entre: las presiones de sus aliados occidentales y árabes- consternados por haber revelado su intención de impedir un Estado Palestino-, o vuelve a las negociaciones teatrales con palestinos, confiesa ante su votantes que les engañó con el fin de mantenerse en el poder (pues, las personas desesperadas hacen cosas desesperadas), y correr el riesgo de ser abandonado por sus socios de coalición, o empujará a Israel a un serio aislamiento. Las elecciones anticipadas podrán ser el resultado de ambas situaciones.

2) Frente a la ONU : ya no puede acusar a los palestinos de ser responsables de sabotear el proyecto de "Dos Estados" ahora que ha admitido que Likud había ocultado su verdadera intención durante décadas, y que mientras ganaba tiempo con eternas "charlas" con palestinos ocupaba los territorios de su supuesto futuro Estado. Entonces, si no cree en las negociaciones ¿está declarando guerra sin fin a los palestinos? La ONU está en posición de autorizar a los Estados miembros a abrir embajadas de Palestina en sus territorios.

3)  Frente a EEUU: da igual que BN vaya a sobrevivir a Barak Obama; rechazar el plan de "Dos Estados" destroza también la apuesta republicana, que también es defendida por la mayoría de los judíos de EEUU. BN ha eliminado la excusa de ambos partidos de bloquear las resoluciones favorables de la ONU para el pueblo palestino. Obama que hace tiempo que ha tirado la toalla ante BN y tardó dos días en felicitarle su reelección, puede respaldar o presentar una resolución ante el Consejo de Seguridad pidiendo un acuerdo de paz definitivo entre las dos partes, y presionar a los palestinos para que a cambio renuncien a presentar la denuncia contra Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y la ocupación ilegal de sus tierras. EEUU, al apoyar las acciones ilegales de éste país, le  ha dado suficiente cuerda para que se ahorcase solo. Obama ante el dilema de presionar a su socio para que acepte la legalidad internacional o borrar el conflicto palestino-israili de su agenda, optará por el segundo adornándole con algo de "rugido de ratón": seguirá entregándole los casi tres mil millones de dólares al año en ayuda militar, y dejará que BN haga lo que quiera en la zona, eso sí, sin tocar a Irán, pues impedir un Irán nuclear sin lanzar una guerra es el único triunfo de Obama en la política exterior.  La UE, hará lo mismo: tiene tantos problemas propios que no ya no da más de sí.  No hay que menospreciar la capacidad de Netanyahu de sacar alguna carta para salir de paso: hacer de hombre de paz relajando el bloqueo a Gaza o liberar parte de los ingresos fiscales confiscados palestinos a cambio de no ser denunciado ante la CPI.

4) Frente a Irán: con la reelección de BN los republicanos estadounidense anti acuerdo nuclear con Irán están eufóricos. "Si no queréis que el Bush israelí os bombardee, rendíos más", advierten a Teherán, insistiendo en que el acuerdo firmado perderá su validez tras la salida de Obama del poder. Por los que Irán está pidiendo que el acuerdo sea aprobado por el Consejo de Seguridad, que no solo por EEUU. No hay duda de que Israel es el principal beneficiario de este pacto y su "oposición" sirve de cortina de humo para desviar las atenciones de los planes colonialistas que ha trazado para Palestina.

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Cosas de la vida: Irán sale del aislamiento internacional mientras Israel entra en el.

5) Frente a Palestina: el fin del espejismo de una salida negociada reforzará a la derecha extrema y religiosa palestina. BN puede acelerar la construcción de más asentamientos y anexionar la zona C de Cisjordania. Sin embargo, al lanzar la pelota al tejado de los palestinos, BN fuerza a los palestinos a tomar medidas unilaterales para fundar su Estado, cambiando de tácticas y de estrategia. Que los colonos nunca serán evacuados, significa que pueden presionar a Israel para que reconozca los derechos de millones de súbditos árabes, si no quiere enfrentarse a una tercera Intifada, antes o después de otro asalto militar cíclico israelí.

El mes de abril no anuncia "primavera" para el gobierno israelí: las potencias mundiales firmarán el histórico acuerdo nuclear con Irán, y por fin un organismo internacional, la CPI, puede hacer justicia para miles de palestinos asesinados y millones supervivientes dentro o fuera de sus tierras.

Hoy, frente al Bush israeli, Palestina necesita un Lenin:  En marzo de 1918 firmó el humillante armisticio de Brest-Litovsk renunciando, tácticamente, a los territorios ocupados por los alemanes, con el fin  de proteger la primera república socialista de la historia instaurada en el medio de la guerra. Sabía que los invasores perderían la guerra y aquel pacto se convertía en papel mojado. Hasta que Israel entienda la lógica de los vasos comunicantes ¡Que se declare ya unilateralmente el Estado Palestino!

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