Alrededor del 40% de los 80 millones de los habitantes de Irán podrían estar infectados por el nuevo coronavirus, advierte la doctora Minú Mohraz, miembro del Comité de Prevención de Enfermedades Infecciosas del Ministerio de Sanidad iraní. Según el gobierno, el Covid-19 ya se ha cobrado la vida de 2.077 iraníes y ha infectado a de 27.017, cifra muy cuestionada por los propios políticos de la República Islámica (RI), como Gholamali Jafarzadeh, diputado por Guilan que los calificó "una broma". Otro dato: el 15% de los fallecidos eran menores de 40 años, cuando esta tasa en los piases europeos ha estado debajo del 1%.
Una misión de apoyo técnico de la OMS, del Instituto Robert Koch de Alemania y del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades en una visita de cinco días a los hospitales y centros de salud de Teherán y Qom - la ciudad que propagó el virus-, instaló 18 laboratorios de pruebas para reducir la sobrecarga de los 20 centros de investigaciones médicas del país. Las ayudas de la OMS, China y Rusia han sido escasas y llegaron demasiado tarde, para un sistema de salud que, a pesar de ser uno de los mejores de Oriente Próximo, deja mucho que desear sobre todo en las ciudades pequeñas.
¿Por qué se ha llegado a este punto?
El coronavirus ataca a los cuerpos más vulnerables y la propia RI, un complejo totalitarismo religioso, ya era un paciente de alto riesgo y esta partícula ha agravado su estado, por los siguientes razones:
- Confundir este virus con la de gripe, primero, y subestimar su peligrosidad después: El Sistema está basado en la religión y los intereses de la casta clerical, que ha sacrifica la "razón" en el altar de la "fe", invirtiendo ingente dinero en levantar miles de mezquitas y centros de adoctrinamiento en vez de destinarlo al bien público: al final hasta "Dios" les ha abandonado, no avisándole de la catástrofe que se avecinaba.
- Ocultar la verdad en vez de tomar medidas: ¿Cómo se puede luchar contra un virus en un vasto país si no se reconoce siquiera su existencia? De acusar a los ciudadanos de "difundir rumores", a empezar a cavar fosas comunes en ciudades más afectadas bajo la luz de la luna, pasaron pocos días. Escondían el alcance de la propagación del virus, mientras los centros de salad no daban abasto atendiendo a los infectados. Ahmad Amirabadi diputado por Qom asegura que el personal de los hospitales ha sido obligado por las agentes de seguridad a emitir falsos certificados de defunción de las víctimas del coronavirus poniendo otras causas. Lo cual pone en peligro la salud de la familia, el personal de la morgue e incluso afecta a las medidas específicas que habría que tomar en los enterramientos. Ketmán «disimulo, mentira» es una institución en la teocracia y con vida propia: un recurso parecido a "reservatis mentalis" de los jesuitas que inicialmente iba a ser un salvavidas para los perseguidos por su fe, y aquí está sirve para salvar el poder a costa de la vida de otros "fieles". "Tenemos todos los medios necesarios para lidiar con el coronavirus", aseguraba el ministro de salud, mientras el viceministro Iraj Harirchi estaba sudando y tosiendo a su lado, en la rueda de prensa, anunciando dos días después de que padecía la enfermedad. El 24 de febrero, cuando el gobierno afirmaba que "sólo" 12 personas habían fallecido por el virus en todo el país, el diputado por Qom reveló que en su ciudad el virus había dejado 50 cadáveres. Si sólo en la cúpula del poder el COVID-19 ha cobrado la vida de una treintena de políticos, ¿cuánta gente de a pie estaba contagiada o muerta sin saber de qué? Se trata de una actitud inherente a un sistema cuyo jefe ostenta el cargo de "tutor" (Velayat), considerando discapacitados mentales a los ciudadanos, a quienes se debe mentir y manipular por un bien supremo: salvar la teocracia medieval, desafinado a los tiempos modernos. Jamenei pasó de hablar de "una guerra de propaganda" contra Irán por parte de Trump a tachar la propagación del virus en el Irán "islámico" a una "conspiración" del Gran Satán. El doctor Ali Karami, profesor de medicina, apuesta por el bioterrorismo "étnico" (bioterrorismo, vale, pero ¿"étnico"?), y afirma que el virus había sido creado para atacar a Irán, y la infección de Italia por el mismo virus se debe a que ambos pueblos "genéticamente son similares" ¿Sí, con no más del 2% de los genes? Bueno, en Dubái se cree que el virus fue enviado por Qatar para perjudicar la próxima feria mundial Expo 2020. Por este mismo enfoque, el régimen expulsó a los Médicos Sin Frontera -que iban a instalar un hospital de campaña en Isfahán-, y donar toneladas de ayuda, acusándoles de "atentar contra la seguridad nacional" y querer "probar una vacuna "occidental sobre los musulmanes". Una cosa es reconocer que algunos laboratorios y estados cometen este tipo de barbaries, y otra es padecer paranoia y especialmente querer estafar a la audiencia: para el clérigo tunecino Bechir Ben Hassen "Alá tiene soldados, incluidos ángeles, virus y plagas; y ha enviado a este virus para que los uigures triunfen sobre los chinos". El jefe de los Guardianes Islámicos compró la idea, recordando que en los años ochenta, Francia vendió a Irán productos sanguíneos contaminados con el VIH, matando a numerosos enfermos de hemofilia. Bueno, el capitalismo –"el beneficio por encima de todo"-, mata a los ajenos y propios: en la misma Francia esta sangre mató a cientos de enfermos. Aceptando incluso esta acusación, ¿Por qué, entonces, enviaron a los hospitales del "Occidente" al ayatolá Hashemi Shahrudi, presidente del Concejo de Descernimiento (Alemania, 2017), a la esposa de Jomeini y al hijo de Jamenei (Reino Unido, 1985), o al ayatola Marashi Najafi (España,¿1985)?
- Beneficios comerciales particulares: A pesar de prohibir los vuelos a China desde el 1 de febrero, Mahan Air, una aerolínea propiedad privada de los Guardias Islámicos, realizó hasta 55 vuelos a las ciudades este país, además sin ninguna protección para sus tripulantes y pasajeros.
- La trampa de supersticiones religiosas: Si una teocracia como la chita en Irán, durante 40 años, ha utilizado todos los medios para manipular y el lavado de cerebro a los ciudadanos, afirmando que todo lo que sucede es por "la voluntad de dios" ¿Cómo luego les va a explicar que el país gestionado por un régimen "elegido" por Alá haya ido castigado por él, poniendo además a sus dirigentes en una situación tan embarazosa? Las autoridades no se atrevieron imponer ningún control sanitario sobre los lugares sagrados superpoblados hasta hace unos días: ¿cerrar mausoleos que en vez de hacer el milagro de curar contagian enfermedades mortales?
Al parecer todo empieza en el Vaticano del chiismo, Qom, ciudad que alberga a decena de escuelas teológicas de proyección internacional, y lugar de peregrinación de millones de fieles que visitan el mausoleo de la santa Masumeh (hermana de Imán Reza, un santo del chiismo duodecimano cuya tumba está en Mashhad), lo tocan y lo besan, intercambiando emociones y enfermedades. La urbe, con sus estrechas callejuelas, baños y comedores comunales, acoge al Instituto de Educación e Investigación Imán Jomeini, -que imparte clases también en inglés, castellano y mandarín (mirando a este 10% de los 40 millones de musulmanes chinos que son chiitas), o la Universidad al-Mustafa de Qom, dirigida por el propio Jamenei, con 40.000 alumnos y decenas de centros en Irán y en extranjero globalizando el chiismo estuvieron abiertas hasta hace dos semanas. El virus se propagó por todo el país 1) cuando las familias pudientes huyeron de la ciudad contaminada a otras provincias del país y 2) por la negativa del gobierno a imponer la cuarentena a la ciudad. Se sospecha que los turistas peregrinos trasladaron el virus a El Líbano, Siria, Iraq, entre otros países.
Ante la insistencia de las autoridades sanitarias en clausurar el santuario, Mohammad Saidi, el encargado de negocio que atrae cada año a 2.5 millones de turistas religiosos, se negó, afirmando que tal aberración era un complot de Trump y sus secuaces internos. Y cuando el 17 de marzo el Ministerio de Sanidad por fin consiguió cerrar el mausoleo (¡que no la ciudad, la Wuhan iraní!), los ultras organizaron una violenta concentración de protesta en la puerta del santuario intentando romper los candados; y un detalle a considerar: las mismas fuerzas de seguridad que dispararon sin complejo a los manifestantes desarmados en noviembre pasado, matando entre 350 y 1500 personas (¡Ketman, claro, es imposible saber la cifra exacta!), se quedaron cruzados de brazo ante unos peligros fanáticos que querían saltarse la ley, amenazando la salud pública. Estos individuos de extremaderecha, durante el terremoto de Bam (2003), que mató a 35.000 personas, impidieron que los bomberos solidarios utilizaran perros de rescate por ser un animal "impuro". - El bazar de Qom, al igual que el resto de los bazares y centros comerciales del país, cerró el 25 de marzo, porque la burguesía comercial que domina la economía, el poder político y militar, no quería perderse las compras del Nouruz, el año nuevo iraní, que empieza el primer día de la primavera, el 19 de marzo: ¡Viva el dinero!
- La doble estructura del poder: la intensa lucha por ganar más parcelas del poder entre el sector "moderado-civil" -representado por el gobierno de Hasan Rohani-, y el "ultra-militar" encabezado por Jamenei, impidió una acción coordinada en esta crisis sanitaria. La discrepancia se ha centrado en imponer el estado de alarma o no. Los generales abogan por el cierre de la capital y las principales ciudades, restringir los desplazamientos, cerrar los comercios, usar las fuerzas armadas para hacer cumplir las restricciones, - y lo más importante: que van a hacerlo porque cuentan con la autorización del propio Jamenei. Mientras, el sector de Rohani afirmaba que "las cuarentenas pertenecen a la Edad de Piedra". El final tuvo que cerrar los colegios porque los padres y las madres se negaron a enviar a sus hijos a clase. Intentaba proyectar la imagen de tener el control, evitando de paso más dificultades económicas, y una nueva rebelión popular: los servicios esenciales podrían colapsar, llevando al país a una crisis mucho peor, dijo. Por lo que, se permitió el viaje de millones de iraníes para las vacaciones del año nuevo y la tradicional visita de las personas jóvenes a los mayores.
Ninguno ha podido imponerse del todo: el general Bagheri, jefe de los Guardianes Islámicos, ha tomado el mando de Teherán, pero, Qom y otras ciudades no han entrado en cuarentena hasta esta fecha.
En otro intento de debilitar al gobierno, Rohani ha tenido que enviar el presupuesto del nuevo año, no al parlamento que está cerrado (¡mientras los centros comerciales siguen abiertos!) sino al órgano no electo: el Concejo de Guardianes, mano derecha de Jamenei, cuyo cargo tampoco es electo por el pueblo, sino por una curia de sacerdotes, poniendo más clavos a la inexistente "República" disipando cualquier confusión de los ilusionado por la imposible fusión entre la teocracia y la democracia: el sistema político del islam es califato, más allá de lo que se le denomine.
Este choque entre los dos "gobiernos" paralelos ha confundido a los ciudadanos, generando más pánicos si cabe: temen que Rohani esté minimizando la amenaza del virus, mientras Jamenei-militares pretenden aprovechar la crisis para tomar la totalidad del poder, culminando el serpentino y sigiloso golpe de estado palaciego que desarrollan desde hace tres décadas. - Consideraciones políticas: querían 1) reunir a miles de personas el11 de febrero, para la celebración del el aniversario de la instalación de la teocracia islámica que no de la Revolución; 2) no socavar las elecciones parlamentarias del 21 de febrero, para mostrar la legitimidad del régimen ante el mundo, después de la matanza de los manifestantes en noviembre y fiasco del avión ucraniano que acabó con la vida de sus 176 personas a bordo, a cuyos familiares ni enviaron una condolencia. Los comicios, a pesar de ser previamente manipulados, al descalificar a miles de candidatos reformistas (los comunistas, socialistas, entre otros, ni pueden participar), fue un fracaso: marcó la participación más baja de la historia de la teocracia. Que miles de votantes, sin guantes o mascarillas ni distancia de seguridad, pudiesen caer enfermos, no era su problema, pensaron. La "nación" iraní ha roto su relación con su "estado" islámico en el marco de una profunda desconfianza hacía los mandatarios.
- Consideraciones económicas: Las autoridades tenían dos alternativas: contener el brote, paralizando las actividades económicas de millones de personas, o arriesgar la vida de decenas de miles de ellas, alargando la situación precaria actual, -resultado de las políticas neoliberales, las sanciones de EEUU, la caída del precio del petróleo, y ahora además la disminución del comercio con los países vecinos y sobre todo por la crisis en el principal socio comercial de Irán, China -país que le compra el petróleo y le vende hasta el chador y la alfombrilla del rezo. Y un Rohani, que cree que "Nuestros enemigos quieren cerrar Irán. Este es un complot de nuestros, y no debemos dejar que tengan éxito", optó por la segunda, porque no puede prestar la ayuda necesaria ni a las empresas ni a los trabajadores. La teocracia ha solicitado al FMI un préstamo de 5.000 millones de dólares, que es poco probable que se lo conceda, debido a las sanciones financieras de EEUU a Irán. Por lo que, los iraníes se enfrentarán a años duros, durísimos: La desesperanza y resignación arrasan la sociedad, que ya en 2018 fue declarada una de las más tristes del mundo por la ONU: no ven salida a la pinza que han creado el islamismo medieval y EEUU contra la nación iraní.
- Las sanciones criminales de EEUU contra el pueblo iraní- por ocho motivos- están teniendo un gran impacto en la lucha contra la pandemia, beneficiando sólo a la burguesía comercial (que ha desmantelado la industria del país) que no quiere que se levanten las sanciones, por el beneficio que obtiene de la especulación de todo tipo de productos. Según New York Times del 21 de marzo, el secretario de Estado Mike Pompeo estaba presionando a Trump para atacar a Irán, aunque la final el presidente hizo caso a los militares que se oponían, conformándose con bombardear las posiciones de Irán en Iraq.
Curiosas medidas tomadas
- Liberar temporalmente a unos 85.000 "presos delincuentes" (escalofriante cifra), y sin hacerles la prueba del virus, pero no a los presos políticos sentenciados a más de un año de prisión, que son casi todos: la abogada Nasrin Sotudeh, por ejemplo, está condenada a 38 años. Esta semana, 45 de ellos hacinados en la cárcel de Evín de Teherán han declarado una huelga de hambre pidiendo salir.
- Cerrar los Shafa-Janeh «Casas de curación», el negocio de los supuestos curanderos, y han prohibido la entrada a los hospitales de los estafadores llamados "médicos islámicos" que venden productos que curan el COVID-19.
- Anunciar más represión: adictos a la pena de muerte, el fiscal superior de la RI amenazó con ejecutar a quienes especulen con mascarillas y otros equipos de salud. Pero, se permite que los comerciantes hagan su agosto, subiendo el precio de los productos de limpieza y sanitarios hasta 10 veces, entre ellos mascarillas, a pesar de que China ha regalado millones de estos artefactos a Irán.
- Enviar a 300.000 Basichies «Reclutas», -fuerza paramilitar destinada a imponer "el Bien sobre el mal" a la sociedad con la fuerza bruta-, una especie de los "Camisas Negras" de Mussolini, para entrar en los domicilios particulares, e identificar a los posibles contagiados. Las críticas han llovido al gobierno, no por la medievalidad de la medida, sino porque cada uno de estos individuos puede ser un agente de propagación del virus.
El COVID-19, más allá de cómo ha aparecido, es un problema global, y requiere la transparencia de los gobiernos, poner los intereses de los ciudadanos por encima de cualquier otra consideración, y la cooperación entre todos los estados para encontrar soluciones médicas y políticas, que no militares.
Comentarios
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