Carta con respuesta

'Padre padrone'

El Departamento de Enseñanza de Cataluña ha iniciado su guerra particular contra los colegios de educación diferenciada, (aquellos en los que se separan niños de niñas) amenazando con suprimirles el concierto económico. Esta iniciativa es un atentado contra la libertad de los padres a elegir la educación que les dé la gana para sus hijos y contraría los estudios que revelan que ambos sexos, ya desde que son bebés, tienen preferencias distintas. De aquí que el fracaso escolar sea menor en colegios no mixtos. La nueva ideología de género que enrasa al hombre y la mujer hasta eliminar sus diferencias rompe el encanto de la diversidad y propugna una igualdad artificial y mentirosa que no explica por qué sólo la mujer puede ser madre y sólo puede serlo con el concurso de varón. La ignorancia es causa de muchos errores y la mala fe de verdaderos desastres.

EVA FERRAZ BARCELONA

Ignoraba que los padres tuvieran ningún derecho "a elegir la educación de sus hijos que les dé la gana". ¿Les pueden educar en el canibalismo, en las bondades de la esclavitud o en la conveniencia de la automutilación? O para citar ejemplos de posibilidades legales: ¿pueden los padres, si les da la gana, educar a los hijos en el sistema copernicano, en la creencia de que la tierra es plana o únicamente en esperanto como lengua materna? Confío en que ningún padre tenga jamás semejante derecho. Como he expuesto en otras ocasiones, a mí me parece que el objetivo prioritario y urgente de la educación es librar a los niños de sus propios padres; que todos tengan igualdad de oportunidades, a pesar de que haya padres que sean unos menguados sin remedio, unos fanáticos o unos orates disparatados. La convicción de que los hijos son patrimonio de los padres y, por tanto, pueden hacer con ellos lo que "les dé la gana" es típica de individuos como Fritzl, el monstruo de Amstetten.

Sin embargo, esa no es la cuestión. La educación pública (que pagamos entre todos) debe ser la misma para todos los niños (eso garantiza la igualdad de oportunidades, a despecho de los padres). Puede que haya padres que quieran algún capricho o interés particular: que los niños estudien alemán, ajedrez, que se eduquen en supersticiones religiosas o que aprendan desde pequeños a subirse a un trapecio. Allá ellos, pero que se lo paguen de su bolsillo.

Por eso la actuación del Departamento de Enseñanza me parece merecedora de un fuerte aplauso. Habrá padres, como usted, que pretendan separar a blancos y negros en los colegios, a chicos y chicas, o a los ricos de los pobres. Y se escudarán en torticeros estudios. A mí me enorgullece que, si no se atienen a las normas consensuadas, no les demos ni un duro, como debe ser.

Más Noticias