Hoy mismo un muy apreciado compañero de Público, David Torres, ha sacado una crítica a la Manifestación Atea con gran profusión de gracietas y chistes de esos que el pueblo hace mientras se traga todas las imposiciones y no hace nada por combatirlas. Que si Pilatos, que si Kierkegaard, que si una procesión atea es como el Orgullo Gay o el divertidísimo (para él) Zombi, que si cuando era niño en Almuñecar... Incluso me menciona (escribiendo mi nombre con una hache intercalada que como no quites, amado David, te voy a correr a turbantazos por todo Almuñecar), en un guiño que en cierto modo me tilda de intransigente inquisidor y a él de simpático, complaciente y bonachón gracioso que se ríe de todo. Me consta que no lo hace de mala fe.

En definitiva es un popular ejercicio de equidistanismo que pone a los ateos a la altura de los cristofascistas y a él y los que no hacen nada más que mirar, por encima de todos. Me suena la figura: es como esos que braman contra el activismo gay desde su cómoda poltrona de derechos conseguidos por esos activistas a los que tildan de radicales, provocadores, iguales a los carceleros homófobos.

Es muy cómodo reírse de todas las reivindicaciones cuando eres un hombre, blanco, nacional, heterosexual y visible. La cosa ya te parece menos graciosa o innecesaria cuando has pasado toda tu vida en la invisibilidad, teniendo que aceptar que no existes, que lo que te hace gracia a ti es ofensivo para otros pero lo que los demás vocean a carcajadas como bromas divertidísimas te hiere hasta lo más hondo de tu esencia, te humilla, te denigra a tí y a tus seres amados.

Y es que la visibilidad es una necesidad que para la mayoría es invisible. Porque siempre la han tenido y no la aprecian. Ese sentimiento de formar parte de la mayoría es muy comfortable (y muy estupidizante, también). De hecho, la visibilidad es el Santo Grial de los tres movimientos sociales más importantes del último siglo: negros, mujeres y homosexuales. Nuestra lucha ha sido a muerte para conseguir lo que otros denostaban por puro aburrimiento: visibilidad, que se sepa que existo, que se reconozca que yo puedo ser, que no soy una sombra.

Y en eso tiene mucho en común con la nueva lucha por la visibilidad que es el ateísmo. Que no se presuponga tu religiosidad es tan agotador como que no se presuponga tu heterosexualidad o tu nacionalismo o tu adhesión al patriarcado... Y es eso lo que mi admirado David no sabe ver desde su atalaya visible: sin visibilidad nunca se avanzará en los derechos de los ateos a existir, nunca se desmontará ese negocio de la Iglesia que bautiza a los niños sin su consentimiento y luego se pasa la vida utilizando esa adhesión inexistente como moneda de cambio para recibir subvenciones o donativos.

Porque David, espero que sin darse cuenta, está abogando por el armario ateo, un mecanismo que los homosexuales conocemos bien. Ese famoso discurso homófobo de "No me importa que seas homosexual-ateo siempre que yo no te tenga que ver" o "Tolero tu homosexualidad siempre que la reduzcas a la oscuridad de tu dormitorio" o "¿Por qué tienes que pasarme tu vida sexual por la cara diciendo descaradamente que te gustan los de tu sexo mientras hablamos de pibonas?".

Toda esta diatriba viene a que este año, una vez más, la delegada de gobierno Cifuentes, en un acto de gran tolerancia, ha prohibido la Marcha Atea hoy Jueves Santo en Madrid. Ante la beligerante actitud de los Cifuentesboys o policía, AMAL ha decidido al final cancelarla por no meter en problemas a los ateos. Este es el comunicado:

COMUNICADO  DESCONVOCANDO LA MANIFESTACIÓN:

"NINGÚN PRIVILEGIO A LAS IGLESIAS. Sin subvenciones a las iglesias tendríamos la mejor enseñanza del mundo. Enseñanza pública y laica"

Los organizadores de la manifestación hemos decidido desconvocar la misma, prevista para el jueves 28 del presente mes, para evitar a los asistentes, personas decentes y honradas de todas las edades, caer en el problema de orden público que la Delegación del Gobierno en Madrid quiere provocar con el objetivo de criminalizar una justa protesta.

En el contexto social, económico y laboral en el que nos encontramos, la respuesta cínica y autoritaria de la Delegada del Gobierno en defensa del lobby de la iglesia católica merece una respuesta adecuada, proporcional y no violenta. Efectivamente, si no queremos continuar siendo expoliados, en este caso por la iglesia, la presión social es fundamental. Seguimos luchando por una sociedad justa, de personas iguales, libres y felices.

¡Por la Libertad de Expresión y Manifestación!

Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL)
Grupo Anarquista Volia (FAI)
Asamblea Vecinal La Playa de Lavapiés
Radio Vallecas (La hora impía), Asociación Librepensadores
y 30 asociaciones que se solidarizan con la convocatoria

Y este acto de lucha por la visibilidad de una parte de la población negada en sus derechos es la que parece causarle tantísima hilaridad a mi querido David. Él que para otras causas tiene tanta empatía. En las luchas por los avances, la equidistancia no existe, admirado David. Por mucho que te parezca hilarante que los frikis de películas de zombies parodien un acto reivindicativo como el Orgullo Gay que ha salvado vidas, devuelto la dignidad y el orgullo a personas y ha costado muchas otras vidas.

No, todo no es igual. Y a veces hay que salir de la comodidad de acudir a lo popular, lo ya establecido, superar la "vergüenza" que te dio ir a una marcha laica, y saber que, al igual que el Orgullo Gay, cuando ya es un negocio de 1 millón de personas, entonces tu presencia no vale nada. Es cuando son "cuatro pirados" los que van a manifestarse cuando es necesaria tu presencia y la de todos. Porque es entonces cuando la visibilidad es como el oxígeno en un planeta extraño, sin respirar no sobreviviremos. Y eso es lo que quieren conseguir.