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Hablemos de fútbol, Mourinho

Hablemos de fútbol, MourinhoEso es. Hablemos de fútbol, porque es lo que no le gustaría y no le gusta a Mourinho cuando no gana o cuando su equipo da una imagen lamentable, como ayer contra el Villarreal. Cortina de humo con la actuación arbitral -más o menos criticable- y se acabó.

Pero aquí hay un culpable, un culpable supremo, ya que quien tiene todo el poder -entregado a él por Florentino Pérez, incompresiblemente desaparecido, por cierto- en el Real Madrid es ahora mismo Mourinho.

El Madrid, que ha jugado espléndidamente hasta hace poco más de un mes, ha sufrido de pronto un bajón físico y de juego brutal, como se pudo ver contra el Rayo (que le dio un baño en toda regla), el Betis o la primera parte del Málaga en el Bernabéu. Y de eso no se puede culpar al árbitro, de eso se culpa al preparador físico Rui Faria -expulsado ayer por cuarta vez en la Liga- y al entrenador.

Un Real Madrid que tiene que ganar la Liga y quiere ganarla no sale con el famoso 'trivote' -Lass, Khedira y Xabi Alonso en el centro del campo- contra un Villarreal medio moribundo, con su tercer técnico ya en una temporada. Y de ese trivote, de esa apuesta por el juego más ramplón contra el cuarto por la cola de la clasificación tampoco tiene culpa el árbitro.

Como tampoco tiene la culpa el colegiado de que Casillas se haya comido un gol y medio -el de Cazorla es por su palo pero es un golazo- contra Málaga y Villarreal que tenía que haber parado, y aquí nadie estaría hablando de conspiraciones ni del árbitro de ayer y sí de fútbol.

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