"Ampliar las ayudas significa detraer recursos o incrementar el déficit; el dinero no se puede crear" -Elena Salgado, Vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía- 

Desde luego, hay que ver cómo son los parados: no sólo no aportan nada, sino que encima hacen gasto. No contentos con ser improductivos y consumir poco, ahora además nos fastidian las cuentas públicas. ¡Dónde vamos a ir a parar! Nada menos que otros 700 millones nos va a costar la ampliación de la cobertura de los 420 euros. 

Fíjense lo que podría hacer un banco con ese dineral. O un fabricante de coches, o una empresa de energías renovables, o un contratista de obra pública. Pues convertirlo en riqueza nacional, claro. Pero ellos no reciben casi nada, y las pocas ayuditas que les dan, están siempre justificadas. No oirán ustedes nunca a un responsable de Economía decir que las ayudas al automóvil o los fondos para sanear la banca generan déficit, claro que no. Porque ése es un dinero bien empleado, en manos de gente seria, que no se lo gasta en caprichitos. 

Es verdad que el gobierno ha cedido y ha ampliado la cobertura, de los 300.000 parados inicialmente previstos, a unos 600.000. Pero podía haber sido peor: podía haberla ampliado más atrás en el tiempo, al comienzo de la crisis, o incluso universalizarla a todos los parados sin prestación y en situación de necesidad. Menos mal que el gobierno ha dicho que hasta ahí y no más, porque si no, imagínense: gente que lleve más de ocho meses sin trabajar y sin cobrar un duro –que los hay-, ¿qué se puede esperar de alguien así? Además, los beneficiados sólo cobrarán durante un máximo de seis meses, que es un plazo más que razonable para encontrar trabajo en esta tierra de las oportunidades. 

Yo que el gobierno, en vez de repartir ese dinero se lo daría a algún banco para que lo administrara. Se iban a enterar esos parados.