Trabajar cansa

Crisis, últimas oportunidades

"Los esfuerzos extraordinarios para apoyar a los sectores afectados por la crisis tendrán que cancelarse en algún momento." -Joaquín Almunia, comisario de Competencia de la UE-

                                   

Estos días se multiplican los mensajes positivos sobre la inminente salida de la crisis en Europa y Estados Unidos. La cosa parece cuestión de meses, si no semanas, y cualquier día los periódicos saldrán al quiosco con el deseado titular histórico que, a imitación de aquellas portadas que decretaban la paz tras la guerra, proclame: "La crisis ha terminado". 

Los mensajes de expertos y autoridades sobre el cercano fin de la crisis suelen ir acompañados de un recordatorio: pronto se acabarán las ayudas públicas. Es decir, pronto se cerrará el paréntesis que se abrió hace año y pico, y que ha mantenido pulsada la tecla de pause en el capitalismo tal como lo conocíamos, permitiendo una temporadita de socialización de pérdidas. 

La advertencia me recuerda a esos carteles que cuelgan las tiendas: "Últimas oportunidades", "No deje pasar la ocasión", "Últimos días de nuestra promoción". Dense prisa, que se acaban la ayudas, que se cierra el paréntesis. Aún están a tiempo si tienen basura financiera que limpiar, quieren fusionarse con otra entidad, despedir decenas de trabajadores, suspender pagos, subir impuestos municipales, reformar el mercado laboral, repartir ayudas estatales... Es decir, si quieren tomar alguna de esas medidas que en condiciones normales requerirían explicaciones, razones de peso, y provocarían debate, cuestionamiento y hasta rechazo, y que durante estos meses hemos aceptado sin rechistar. 

Los gurús de la cosa empresarial, los autores de libros de management y autoayuda para ejecutivos, suelen decir que la crisis es una oportunidad. Sobre todo para algunos. Habrá quien la eche de menos, y diga que contra la crisis vivíamos mejor.

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