Trabajar cansa

El capitalismo no se refunda en un rato

"El propósito es debatir sobre cómo mejorar la regulación y supervisión de los sistemas financieros, pero en debate, sin ninguna conclusión." -Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno- 

                

¿Quién dijo que la promesa de refundación del capitalismo se quedaría en papel mojado? Nada de eso, en ello están los gobernantes del planeta, no se han rendido. Lo que pasa es que van despacito, que estas cosas no se hacen en dos días ni en dos años, y no hay que meterles prisa. Tengan confianza, ya verán cómo lo consiguen antes de la próxima crisis. 

Fíjense por ejemplo en lo que está costando sacar adelante una tasa para los bancos. La medida, que obligaría a los bancos a aportar a un fondo común para futuras crisis, ya estuvo sobre la mesa en la cita del G-20 de hace año y medio. De allí pasó a la siguiente reunión mundial, la de Londres, y desde entonces va dando tumbos de cumbre en cumbre, hasta que ayer los ministros de economía europeos la recuperaron en el Ecofin de Madrid. 

Ya antes de sentarse nos dejan claro que la cumbre es informal, que sólo van a debatir, sin llegar a conclusiones, y que como mucho podemos aspirar a que acuerden una postura común para llevarla al G20 de junio. Si así fuera, podemos confiar en que de ese G20 salga un principio de acuerdo, que con suerte acabaría convirtiéndose en acuerdo firme en la siguiente cita, y tal vez suscrito en una posterior reunión, lo que no significaría que entrasen en vigor de inmediato... Ya digo, sin prisa, que el capitalismo no se refunda en un rato. 

A todo esto, ¿qué es lo que debaten y debaten, sin decidirse a aprobar? Una tasa a los bancos, sí. Ah, suena muy bien. ¿Acaso es una tasa para redistribuir la riqueza? No, qué tontería. ¿Un fondo para luchar contra la pobreza o el cambio climático? Anda, iluso. Nada de eso: se trata de una tasa, agárrense, para crear un fondo de rescate... para rescatar a la propia banca. Para que si vuelven a caer, no tengamos que salvarles otra vez de nuestro bolsillo. 

Impresionante, ¿verdad? No es más que un fondo para los destrozos propios, resumida ayer en la expresión "quien contamina paga". Sólo eso. Y fíjense lo que están sudando para conseguirlo, y lo que se resisten los bancos.

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