A ojo

Tres preguntas

Se reunió en un balneario egipcio una conferencia internacional para conseguir fondos para la reconstrucción de la franja de Gaza, en Palestina, destruida hace tres meses por la invasión del Ejército israelí: hay que hacer de nuevo casas, escuelas, calles, hospitales, alcantarillas, depuradoras de agua. En la reunión participaron 71 países y una docena de organizaciones internacionales: el secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, los presidentes de Francia, de Egipto, de Italia. Se recaudaron 4.500 millones de dólares, de los cuales pusieron 1.600 los países árabes del Golfo y 900 los Estados Unidos.

Asombroso. Como si los donantes sintieran vergüenza ajena por la "defensa propia" de Israel. Pero son asombrosos también los criterios del reparto del dinero conseguido. La mitad irá a la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna en Cisjordania, pero no en la franja de Gaza. La otra mitad, a la reconstrucción propiamente dicha: escuelas, acueductos, olivares y huertos, carreteras, cementerios, túneles para traer de contrabando alimentos y armas de Egipto. Esta segunda mitad será administrada por Hamás, que gobierna en Gaza, pero no fue invitada a la conferencia porque los participantes la consideran una organización terrorista.

Se me ocurren tres preguntas.
Una: si fue Israel el que destruyó la franja de Gaza, ¿por qué no es Israel el que paga la reconstrucción? La segunda: ¿qué empresas van a encargarse del negocio de la reconstrucción? No creo que las haya en Palestina con capacidad de hacerlo. ¿Serán entonces empresas egipcias? ¿De los emiratos del Golfo? ¿Norteamericanas? ¿Israelíes?
Pueden parecer preguntas ingenuas. Pero la tercera es: ¿son tan ingenuos los 71 gobiernos y la docena de organizaciones internacionales, de la ONU para abajo, que ponen fondos para emprender la reconstrucción de Gaza como si de verdad creyeran que la guerra entre israelíes y palestinos ya se acabó?

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