Ciudadanos

El ligue del Ave

EVA MINTENIG, escritora

Parece mentira que los políticos tengan tan poca vista. Acabo de hacer mi primer trayecto en Ave Madrid-Barcelona y todavía no me creo lo fabuloso que ha sido.
Y digo lo de la poca vista porque me he dado cuenta de que en el Ave se liga cantidad. Las circunstancias son propicias: mucha gente viajando sola, sobretodo hombres (¡chicas que buscáis pareja, ojo al parche!), en un ambiente agradable, gozando de buenas vistas, y lo mejor: no hay turbulencias y la gente no va atada, sino que se puede levantar, darse un garbeo hasta el vagón cafetería, echar un vistazo al personal e incluso entablar conversación.

Por eso no entiendo que, siendo los políticos como son, hayan retrasado la llegada del Ave a Barcelona nada menos que 16 años. La cantidad de mal rollo que se ha producido durante estos años entre Madrid y Barcelona habría sido imposible si los que nos gobernaban y nos gobiernan hubieran cumplido sus promesas, porque castellanos y catalanes habrían estado ligando a destajo en los amplios pasillos del Ave, en esos inmensos y cómodos lavabos, y encontrándose la mar de majetes unos a otros.
Cuántas oportunidades perdidas, cuántas relaciones truncadas. ¡Si, además, lo único que hace falta para tener una España unida son unos cuantos Aves más! Poca vista, o mala fe.
De verdad lo digo: habría que pedir una indemnización.

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