Premios Óscar: Si ignoramos los movimientos humanos, ¿qué historias nos quedarán por contar?

Selfie tomado por Bradley Cooper en los Oscars (2018).
Selfie tomado por Bradley Cooper en los Oscars (2018).

Natália de Oliveira Ramos (@NataliaPeriod)

Titanic, Ben-Hur, El señor de los anillos... Las películas más galardonadas en la historia de los Premios Óscar tocan un asunto clave en la actualidad: las migraciones. ¿Recuerdan al chico que se mete en un barco para buscarse la vida en otro lugar, como ocurre en Titanic? Durante la edición pasada, en 2019, el tema migratorio estuvo en primer plano, evidenciando sus múltiples caras, lleno de multiculturalidad y con fuertes discursos en contra las políticas xenófobas de Donald Trump. Sin embargo, en este domingo la Academia realizará su 92ª ceremonia bajo críticas por volver a realizar un evento a puertas cerradas en el que la mayoría de los nominados son hombres blancos

Este año, la película surcoreana Parásitos se ha colado en la exclusiva celebración como una de las candidatas a mejor película. De resultar ganadora, podría convertirse en la primera cinta de habla no inglesa que recibe este premio tan codiciado. "Una vez que [EEUU] superen la barrera de los subtítulos, tendrán contacto con muchas más películas increíbles", dijo el director Bong Joon-ho el pasado enero en los Golden Globes.

La diversidad televisada en 2019 casi logró vender el cuento de que la industria tendía a acercarse cada vez más al mundo real. Desde 2016, tras una serie de protestas que desencadenaron el movimiento #OscarSoWhite (Óscar muy blanco), en pro de una mayor representatividad étnica en Hollywood, la Academia ha mostrado cierto interés por la diversidad. Según The New York Times, entre las 9.000 personas que deciden las mejores películas del año, el 68% son hombres y el 84% son blancos. Es cierto que la Academia no produce las películas, pero no está exenta de responsabilidad ya que sus decisiones son clave a la hora de determinar cómo funciona la industria, quién es una estrella, qué película es un éxito y qué otra no merece atención. Esta gala es de tal relevancia que marca los patrones en la multimillonaria industria cinematográfica mundial.

En 2019, los movimientos migratorios estuvieron presentes durante toda la celebración de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Películas como Roma, Cafarnaún, Cold War y Bohemian Rhapsody fueron nominadas por sus actuaciones, direcciones y cinematografías. Más de un nominado llevó de casa su discurso promigración.

Al empezar la gala, las comediantes Maya Rudolph, Amy Poehler y Tina Fey aclararon (con humor provocativo) puntuales rumores: "No hay presentadores esta noche, no habrá una categoría de películas populares y México no está pagando por el muro", dijo Rudolph. En aquella época, Trump ocupaba los medios afirmando que México financiaría la construcción del muro en la frontera con los Estados Unidos, mientras los niños eran separados de sus familias al cruzar la frontera o deportados en caliente, especialmente los de origen latinoamericano. 

Por esta razón, Rami Malek se declaró estadounidense de primera generación cuando recibió el Óscar a mejor actor por su actuación en la película Bohemian Rhapsody, como el legendario cantante de Queen, Freddie Mercury, a quien recordó cómo "un inmigrante que vivió su vida sin pedir disculpas". El actor, nacido en Los Ángeles -la meca del cine-, enfatizó en su discurso de agradecimiento sus raíces egipcias.

"No hay fronteras, no hay muros que frenen el ingenio y el talento", exclamó Javier Bardem en el escenario, ignorando la lengua inglesa. "En cada región, de cada país, de cada continente del mundo, hay historias que nos conmueven", seguía en español, el segundo idioma más hablado en EEUU. "Esta noche celebramos la excelencia y la importancia de la cultura y del idioma en diferentes países", concluyó, antes de anunciar el premio a la película mexicana Roma, de Alfonso Cuarón, como mejor cinta extranjera.

En los cinco últimos años, el premio a mejor dirección fue entregado cuatro veces a directores de origen mexicano. En 2019, Alfonso Cuarón disputó la estatuilla dorada con otros dos extranjeros: el griego Yorgos Lanthimos y el polaco Pawel Pawlikowski. Cuarón recibió el premio por Roma, protagonizada por Cleo, una joven mixteca que emigró de una zona rural mexicana hacia la capital en los 60.

 

A propósito, la actriz Yalitza Aparicio, que da vida a este personaje, fue la primera nominada al Óscar cuya lengua materna no es el inglés. Sin embargo, en 2020 el único nombre internacional entre los directores que concurren a mejor cinta es Bong Joon-ho, por Parásitos.

Si no fuera por la grieta que abre Parásitos, la diversidad étnica estaría prácticamente ausente en la ceremonia. A los ojos más atentos, entre las nominadas a mejor documental corto están ‘Walk Run Cha Cha’ y ‘La vida me supera. Este último, que se acerca a la ficción por su guión desolador, narra la historia niños refugiados en Suecia en estado catatónico tras el trauma de haber huido de sus países de origen. 

Pero ¿Es responsabilidad del cine hacer críticas sociales? Puesto que el arte es un instrumento de cambios sociales, no vendría mal que el Óscar expusiera en su ventana de casi 30 millones de espectadores lo que ocurre más allá de los sets de filmación. Ambientes formados por incontables latinoamericanos, por cierto. Basta con echar un vistazo a los créditos al final de cada película galardonada.

Natália de Oliveira Ramos es periodista y colaboradora de Fundación porCausa.