Hoy comienzan a trabajar los 3.000 vigilantes de la playa que la Junta de Andalucía ha contratado con el fin de que se respeten las medidas de seguridad para evitar rebrotes del coronavirus. Y, con un sueldo neto de 1.900 euros, la sombra de los enchufes vuelve a planear, toda vez que ya se esta lacra ya sea adivina en ayuntamientos gobernados por la derecha andaluza.
Se jactaba la Junta de Andalucía de que se hubieran presentado 80.000 personas para acceder a 3.000 puestos. No es motivo de alegría, porque evidencia las situaciones de necesidad que vive la región... y lo que no es necesidad, porque con un sueldo neto de casi 2.000 euros y sin necesidad de tener preparación alguna se han arrimado toda suerte de candidatos y candidatas. Bastaba con tener educación primaria, secundaria o, simplemente, haber trabajado tres meses en servicios, lo que en una región como la andaluza, prácticamente es abrir el abanico a todo el mundo. Después un cursito telemático de 15-20 horas y, como dicen por estos lares, a volar.
Claro, las sospechas de enchufes han circulado por todos lados, no sólo porque en el personal de refuerzo algunos ayuntamientos gobernados por la derecha acaban de contratar a sus propios militantes, sino por las propias contradicciones en que ha entrado la Junta. Tras las denuncias de falta de transparencia y opacidad en las contrataciones, la Junta de Andalucía ha salido al paso asegurando que las 3.000 contrataciones han salido de la bolsa de empleo única creada en febrero.
Ni siquiera ahondaré en que dicha bolsa de empleo todavía no está publicada ni ha sido baremada; sencillamente, haré la siguiente reflexión. Si los puestos se han cubierto con la bolsa, porque la Junta generó falsas esperanzas a cientos de miles de personas, que tuvieron que aguardar colas al sol durante horas para inscribirse en una oferta para la que, en realidad, ya no tenía opción?
Los enchufes son una auténtica plaga, una pandemia que mina esta país contra la que ya existe vacuna: la decencia y la honradez. Sin embargo, las mentiras tienen las patas muy cortas y a esta derecha resulta aún más sencillo cogerla in fraganti pues le gusta lucir desfachatez e impunidad haciendo desfilar sus enchufes de nuevas generaciones. Disfruten lo votado.