¡Será por dinero!

La endogamia de la aristocracia empresarial

La malla de relaciones de la elite empresarial española, radiografiada a través de la composición de los consejos de administración de las empresas del Ibex 35, revela la existencia de un denso núcleo endogámico de poder. Es verdad que la concentración de la influencia empresarial es menor que la que existe en Francia, donde la fuerte vocación industrial de la banca favorece la existencia de una red casi consanguínea de directivos de empresa, pero no es menos cierto que la cuota de compadreo es notable, con la consecuente merma de la eficacia del sistema. Y estamos hablando de las relaciones visibles. Las conexiones que se mueven por el subsuelo de la economía, y que evidentemente no aparecen en las comunicaciones a la CNMV, suelen ser mucho más estrechas, determinantes y nocivas.

En España hay grupos económicos familiares muy poderosos, algunos de los cuales extienden su influencia mucho más allá de lo que cabría pensar por su participación accionarial en las empresas del Ibex. En cambio, los bancos, que son los sospechosos habituales en este tipo de redes de influencia,  tienen una presencia relativamente pequeña en los consejos de administración. Si exceptuamos el núcleo de los Botín (presentes en Santander, Banesto y Bankinter), sus tentáculos en las empresas tienen un radio de alcance limitado.

Otra cosa distinta son las cajas de ahorros, que a través de sus participaciones industriales sí controlan un buen puñado de sillones de consejeros (sobre todo si extendemos el análisis a todas las compañías que cotizan en bolsa), y a través de las cuales se han infiltrado en los salones del poder empresarial numerosos nombres procedentes de la política. ¿Es bueno o malo que esto haya ocurrido? Aparentemente, la irrupción de ex políticos en los consejos de administración puede haber contribuido a su democratización o apertura a la sociedad. Pero en algunos casos bien notorios ha sucedido lo contrario, y los antiguos representantes de los ciudadanos han devenido elite y ha contribuido a reforzar la endogamia de la aristocracia empresarial.

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