Dominio público

Por un país nuevo: del 9-N al 27-S

Muriel Casals
Candidata de Junts pel Sí a las elecciones del 27S al Parlament de Catalunya

Los catalanes hemos sido convocados una vez más a las urnas. En esta ocasión, sin embargo, no se trata de unas elecciones autonómicas más, aunque las apariencias así lo hagan creer. Este 27 de septiembre votaremos para hacer el referéndum que nos impidieron hacer el 9 de noviembre del pasado año.

Lo que nos impulsa a votar es el proceso de transformación de nuestra situación en el mapa internacional. Estamos inmersos en una dinámica que, según el deseo de muchos de nosotros, tiene que culminar con la adición de un nuevo color al mapa de Europa y del mundo.

Eso es precisamente lo que nos hemos propuesto: estar presentes en el concierto internacional, con nuestra propia personalidad, aportando nuestra pluralidad y nuestra capacidad. Queremos incrementar la riqueza de la diversidad europea.

En las elecciones de otoño del 2012 quedó claro que la centralidad del catalanismo ha pasado a ser explícitamente soberanista. Desde aquel momento, intentamos preguntar a los ciudadanos de nuestro país qué futuro desean. Tratamos de hacer un referéndum en el marco español, pero no lo quisieron. Quisimos hacer un referéndum dentro de la legalidad catalana, y se nos prohibió. Nos conformamos con una consulta democrática, pero tampoco pudo ser y la reconvertimos bajo la forma de un proceso participativo.

A pesar de todo, aquel día ha quedado marcado en nuestra memoria. Fue un referéndum hecho al margen de la legalidad española, fue esencialmente un importante acto de desobediencia civil y fue también un extraordinario acto de civismo en el que 2,3 millones de personas ejercimos la soberanía.

Aquel día, moral y políticamente nos sentimos independientes, y, ahora que lo hemos probado, ya no queremos renunciar a ello.

Así, las próximas elecciones tendrán un carácter excepcional. Formalmente son unas elecciones al Parlament de Catalunya, pero todos sabemos que han de servir para saber si podemos decidir qué camino adoptar para vivir mejor, en un Estado que no vaya en contra de la gente ni en contra del país, con un Estado de todos, nuevo, para construirlo con la ilusión y el compromiso de todos.

Para ello necesitamos una mayoría y utilizamos el único método que está a nuestro alcance, porque no nos han dejado otra alternativa.

Disponemos de activos importantes. Hemos trabajado mucho para preparar el camino que hay que recorrer. Disponemos de los informes técnicos y políticos que indican cómo proceder para poner nuestro color en el mapa del mundo.

Que sea un Estado democrático, justo y solidario y que sea habitado por ciudadanos felices depende de cada uno de nosotros.

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