Tinta Mintenig

Homenaje a Iñaki

Se me pone la carne de gallina al leer la noticia de la muerte de Iñaki Ochoa de Olza estando, como estoy, en un lugar remoto donde cualquier contacto con el mundo real se reduce a la red. Sólo siento respeto por este gran amante de la naturaleza que ha fallecido en unas condiciones extremas, y pesar por sus familiares y sus amigos.

Iñaki Ochoa de OlzaPara gran suerte mía, conozco y he conocido a unos cuantos como él. Los que yo conozco son gente excepcional, personas que lo dan todo por medirse contra los elementos naturales; es gente que vive fuera de nuestro mundo, y que a mí me dejan perpleja y admirada. A veces siento envidia de no ser como ellos. De no tener esa grandeza de saber que vas a emprender una cruzada peligrosa y de que puedes morir en el intento. Y mueren, mueren más a menudo de lo que nos parece. Una persona muy cercana a mí perdió a su hermano en la escalada a un pico. Y un compañero de trabajo salió en las noticias de la tele porque su hermano y su cuñada murieron durante una excursión en una zona no muy lejana a la urbe que habitamos, donde les sorprendió una tormenta repentina que les sepultó bajo la nieve para siempre. Fue durante unas vacaciones de Navidad, y este joven matrimonio dejó dos hijos de corta edad cuya custodia se disputaron la familia del padre y de la madre durante algún tiempo. Además, durante mi trabajo como reportera en una cadena de televisión, he vivido en vivo y en directo muchas situaciones de angustia, dolor y preocupación durante episodios de pérdida/localización/rescate de montañeros diversos en episodios de índole variada. Por cierto: el esfuerzo y la dedicación de los equipos de rescate, pertenezcan a una u otra administración (local, autonómica, del gobierno central), ha sido siempre excepcional. Los que viven estas situaciones extremas reaccionan siempre de forma extrema y extraordinaria.

Iñaki, no puedo más que imaginar lo que viviste en las últimas horas. Soledad, dolor, compromiso con tu labor, el amor por unos ideales y por la familia que ahora te llora. Yo te lloro también.

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