Luna Miguel

Lo hice por los regalos

Lo hice por los regalos

No es justo. No es nada justo. Si la Iglesia os excomulga por votar a favor de la Ley del Aborto, tendríais que devolver todo aquello por lo que luchasteis: vuestros juguetes, los relojes, los coches teledirigidos, los jerseys hipercools que vuestras tías abuelas os cosían para la ocasión, las Nintendo (¿Existía Nintendo en vuestra época? ¿Hay vida antes de Nintendo?) Lo sé, hicisteis la comunión por beneficio. Quién va a querer vestirse de marinerito o de princesa floripondiosa si no es por los regalos. Ese es el trato. Será por eso que es tan difícil excomulgar en este país. Nadie quiere devolver sus tesoros de infancia. Y mucho menos el Rey, quien no iba disfrazado de niño marinero, sino de ricachón de yate, prediciendo el futuro.

Yo no he hecho la comunión. Y cada vez conozco a más gente de mi edad que no ha pisado una iglesia ni para una boda. Nosotros fuimos los niños que se quedaron sin París y sin fiesta de los ocho años. Algunos nos enfadamos. A otros nos dio igual. Algunos no supimos el significado de la catequesis (quizá una modalidad mística del Kárate). Otros veíamos a Jesús crucificado y pensábamos en la cadenita del cuello de nuestra abuela. La cruz como símbolo de vejez.

Me parece de mal gusto que sigamos mezclando la política con la espiritualidad de cada uno. Me encantaría pensar que la gente de mi generación, una vez que lleguen al Parlamento, no puedan sentirse jamás chantajeados al tomar una decisión. Sin embargo, siempre habrá alguien que piense en jodernos. En robarnos todos los regalos. En prohibir que nuestra sociedad avance.

Más Noticias