PUNK

Víctor Muñoz
18 años

¿Quién dijo que el punk ha muerto? Aquí nada muere. Aquí nada tiene miedo a morir. Nadie. Ni siquiera Víctor Muñoz tiene miedo al abismo de lo que quiera que sea aquello que asusta a religiosos y demás cobardes. No se puede vivir con miedo, es entonces cuando demuestras tu debilidad. Las religiones deberían estar prohibidas. No radical, sí racional. Porque Víctor odia a los que pronuncian Punk sin saber su significado. (El Punk es el derecho a una pataleta, afirma). Odia a los que hablan de política sin tener ni idea. A los que se creen filósofos y no conocen nada: hay mucho marxista por ahí suelto. Víctor está interesado en la cultura y en la política. Desde los 16 años ha participado en sindicatos. En el Sindicato de Estudiantes he aprendido muchísimo sobre el mundo, sobre la política y sobre las relaciones humanas. Creo que ha sido una parte esencial de mi formación. Sin embargo he probado en otros sindicatos en lo que las enseñanzas eran excesivas, y yo no quiero salir de allí creyéndome Lenin.

Víctor ha luchado contra el Plan Bolonia. Cuando estaba en el Sindicato de Estudiantes asistí a muchas manifestaciones. En una de ellas conseguimos que la EMT nos apoyara. El apoyo, la palabra y los pactos siempre son más eficaces que la violencia o los encierros que algunos grupos de estudiantes practican, aunque a mí esa postura no me gusta. Víctor cuenta anécdotas de grupos sindicales que en manifestaciones acaban peleándose, incluso cuando se supone que luchan por un mismo derecho. Es esa mierda la que hace que nuestras protestas no sean respetables. Si quemamos contenedores, si vamos de malotes.... cualquier cosa es más seria que el falso espíritu reivindicativo.

En todas las épocas o en todas las manifestaciones acaba habiendo algún Cojo Manteca: ese tipo que no lucha por nada pero está ahí para desviar la atención del verdadero asunto. ¿Qué encuentras si no, cuando buscas a propósito de las famosas manifestaciones de estudiantes del 87? Víctor tiene el espíritu del 87. Víctor sigue saliendo por garitos como el Nueva Visión al que ya iba mi padre hace 20 años con su hermosa cresta. Víctor es listo, es punk, y tiene derecho, como todos, a una jodida pataleta.