Merienda de medios

Sebastián y cierra España

A la espera de ese reparto masivo de bombillas de bajo consumo con el que íbamos a lograr que a la OPEP le temblaran las canillas, el ocurrente Miguel Sebastián ha tenido otra idea luminosa contra la crisis, consistente en cambiar nuestros hábitos de consumo para favorecer el made in Spain y evitar así que decenas de miles de compatriotas vayan al paro. La autarquía sugerida por el ministro ha sido objeto de mofa y befa por parte del columnismo globalizado, ignorando que el de Industria es un cerebro privilegiado en esto de la economía, aunque con escaso predicamento entre los fabricantes de corbatas.

"¿Qué pescado (...) debemos los españoles consumir, aquel que ha sido capturado en nuestras costas, con un anzuelo forjado en nuestras fábricas, por un pescador español que fuma en pipa de boj tabaco canario, o aquel otro más barato que viene de Namibia?", se preguntaba ayer en El Periódico Juan Bolea, antes de parafrasear la publicidad de Media Markt: "Somos españoles pero no tontos; y este ministro Sebastián, de tonto, no parece español".

Llamar tonto a Sebastián no es elegante. ¿Qué tal "vocacional del fracaso, virtuoso del chascarrillo y maestro en bufonadas", como le piropeaba Martín Ferrand en ABC? Mucho mejor, obviamente. Y como no sólo de improperios vive el articulista, Ferrand reconocía un mérito al ministro: "Ser un entusiasta del Atlético de Madrid". Había ayer inflación de Sebastián en ABC, quizás porque es mejor atizar al mecenas de Osram que hablar de los supuestos espías de Esperanza Aguirre, quien además es amiga de la casa. Ignacio Camacho se recreaba en los "fogonazos livianos" del mentado y hasta Carrascal le daba la serenata, mezclando churras con merinas, tal es su costumbre. "España ha desaparecido como marca, incluso dentro de su propio territorio". Pues vale.

Sin llegar al insulto directo, Carlos Agulló en La Voz de Galicia explicaba el jueves que la propuesta de Sebastián merecería formar parte del archivo del No-Do, al tiempo que daba pistas a sus potenciales acólitos: "A este paso aparecerá un ministro plagiando la solución que se le ocurrió a la Lola Flores cuando se le olvidó pasar por Hacienda. Con una peseta que le diera cada español arreglaba el problema".

Sierra Nevada, no; los Pirineos

Había que leer a Miquel Pairolí en El Punt para encontrar una cerrada defensa de Sebastián, por eso de la solidaridad entre nacionalistas. "Si son de precio y calidad razonables, lo más lógico es comprar no solamente productos españoles sino catalanes o de la comarca (...). Esto forma parte de la sensatez, de un sentido ordenado y coherente de las cosas". Eso sí, en vez de cambiar el viaje a los Alpes por Sierra Nevada como pedía el de Industria, vayan a los Pirineos, escolti tu.

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