Modos y Modas

Paraísos fiscales

EL DECANO// JUAN LUIS CANO

En este país uno tiene la sensación de que los delincuentes económicos, esos que se forran estafando, robando descaradamente cuantiosas cantidades de las empresas o saltándose las leyes nunca salen del todo malparados. Si eres un chori de tres al cuarto no. Si te pillan mangando un cargamento de ‘Masvital’ de naranja en el Eroski o vaciando de champús una peluquería, lo llevas clarinete. Los 198 titulares españoles de las cuentas que han descubierto en Lienchenstein no se habrán ido hasta a esos bancos porque al domiciliar la nómina les han regalado una olla, pero me juego un pincho de tortilla a que si les pillan salen, si no de rositas, casi, casi. Estos delincuentes económicos de guante blanco lo tienen calculado y les compensa pasar un rato a la sombra, porque, que yo sepa, la pasta no la devuelven al salir del trullo, si llegan a ir. La tienen con testaferros, empresas superpuestas y utilizan todas esas triquiñuelas enrevesadas que les permiten quedarse con la mayor parte de lo que han robado. Más o menos todos podemos intuir quién tiene el dinero negro, negrazo, en este país y quien controla a alguien que se compra los cochazos  y los casoplones a toca teja, que ya es un indicio. Y luego, además, les hacen entrevistas en la tele como a Mario Conde, que no es que diga yo que se haya quedado con nada ¿Eh? ¿Llegaremos a saber, si es que se descubre, quienes son esos 198 listos? Lo mismo nos llevamos alguna sorpresa.

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