Modos y Modas

Himno fantástico

¿VENTANA O PASILLO?// ISABEL REPISO

Pienso en el cura volador brasileño y no dejo de repetirme que el realismo mágico no es sólo literatura. Durante poco más de un año viví situaciones que no me entraban en la cabeza. Como que te roben el coche y te llamen a casa para negociar el precio de la devolución. Como dar tu nombre en un restaurante y que el apuntador te lo cambie por el de su suegra: Cuando diga en alto Geppina, entráis vosotros. Como explicarle al revisor de cercanías que no has timbrado el billete porque en la estación de origen la máquina ha desaparecido. Como que en los dos diarios de crónica negra a los que llevas el CV te pregunten que quién te envía. Como que el único modo para bañarte gratis en el mar sea desplegar tu toalla en las rocas de un faro y agarrarte una tortícolis integral. Como ser perseguida por un yonqui tras pagar la hora porque no has tenido la decencia de darle algo a él, que es el padrino de la zona. Como ir por el paseo marítimo y asistir a una competición de cuántos familiares caben en una Vespa. Como que los vecinos se intercambien bolas de arroz rebozadas de balcón a balcón o como que un hombre se cuelgue de unos globos de helio con barritas integrales y la batería del móvil casi muerta. Son cosas que pasan y ojalá no dejen de pasar nunca porque entonces habremos perdido la imaginación y algo mucho más importante: la capacidad de transgredir la norma. Esa directriz tan recta, tan sin miga y del todo a-original.

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