Modos y Modas

Los cuerpos

CUALQUIERA TE DICE NADA// ALBERTO OLMOS

Quítate la ropa: este es el mandato de la temperatura que acaba de caernos encima. Nuevamente la primavera pone los cuerpos en su sitio y todos aquellos que gozamos de la zozobra del sexo nos encontramos cara a cara con la carne. Este artículo va de follar.

Dos pulsiones mueven el mundo: el dinero y el sexo. El dinero tiene en este periódico su sección específica; el sexo está en todo el periódico, incluso cuando este diario haya renunciado al usufructo de los mensajes de contacto. Somos la carne que nos queda, el deseo polinizador y la deriva de perdernos entre esqueletos calientes. Eso lo sabe el periódico, la televisión y cualquier producto a la venta. Muchas veces no se dice, pero todo lo que nos habla y nos tienta, lo que nos convoca, lo que nos pide su voto o nos da trabajo, musita subliminalmente misterios de sexo.

Porque somos superficiales, y porque lo más profundo es la piel (Paul Valery), no vemos políticos en los políticos, ni arte en el arte, sino lo buena que está Cayetana Álvarez de Toledo y lo mono que es el cantante de Mgmt. Jugamos a GTA para seducir prostitutas de lujo; bebemos y nos drogamos para ligar; cuando nos miramos en el espejo, nos estamos deseando buena suerte en todas las citas.

Lo banal es nuestro sino, y aunque muchas veces nos sentimos avergonzados, en el fondo nada hace tan feliz como ser tocado y hasta utilizado por otra persona. En medio de la vida, nuestro cuerpo pide paso.

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