Modos y Modas

Absentismo mental

EL OJO DE LA MOSCA// JULIÁN HERNÁNDEZ

Los estudios sobre productividad no parecen muy productivos. Más que nada porque no aportan soluciones al escaqueo —tan humano y entrañable— en el curro. Al parecer, los japoneses alucinan con la productividad española: no damos un palo al agua pero, en el último momento, uno o dos miembros de un equipo de cuarenta solucionan la papeleta. Es la nuestra una productividad al límite de la resistencia que pone a prueba los nervios de cualquiera. Nuestro problema es que nos pasamos más horas en el tajo que el resto de los europeos. Gracias a la dieta mediterránea estamos muy sanos y no podemos pedir demasiadas bajas al año, así que lo nuestro es el absentismo mental. Es esta una forma de escaqueo que ya está tipificada. Nos pasamos el día en Babia, que es la reserva natural de la biosfera cerebral del currante. Esto explica muchas de las reacciones que encontramos en nuestros semejantes cada día. A veces parecemos invisibles en la barra del bar o en la ventanilla de Hacienda. No es desprecio: es absentismo mental. El camarero o la funcionaria están de cuerpo presente pero ausentes. Su cuerpo astral viaja por lugares ignotos del hiperespacio que ya quisiera conocer el Doctor Extraño. Los que no tienen billete natural para ese viaje, lamentan la muerte del doctor Hofmann (el descubridor del LSD): él les podría haber colado en el Magical Mistery Tour absentista aunque fuera a lomos de un pterodáctilo rojo.   

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